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Entrevista:

"No es verdad que la derecha haga una ciudad más segura"

Alemán y castizo. Walter Haubrich lleva un cuarto de siglo en Madrid como corresponsal del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Acaba de recibir una condecoración germana por su tarea: cinco lustros de escritura en busca de la comprensión entre los dos pueblos. Pero cuando España juega contra Alemania, él apoya a los hispanos.

Pregunta. ¿Tienen algo en común alemanes y españoles?

Respuesta. Los dos tienen problemas de identidad y son muy sensibles a las críticas hacia su país. Comparten cierto miedo al qué dirán fuera. La imagen que se tiene de España es la de un país bastante normal, aunque mal organizado aún.

P. ¿Y Madrid?

R. También es una ciudad mal organizada. No es verdad que un Gobierno de derechas haga una ciudad más segura u ordenada.

P. ¿Qué pasó con la movida?

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R. Fue algo espontáneo, que respondía a las ganas de divertirse de la gente. Luego se comercializó y fue sobre todo ruido.

P. ¿La movida se paró?

R. La vitalidad sigue. Madrid ha bajado algo culturalmente, pero ha conseguido entrar en los circuitos de la cultura internacional.

P. ¿Qué otras cosas se consiguen en la ciudad?

R. Encontrarse amigos por la calle. Hay comunicación entre las personas y la gente se conoce. La vida nocturna es bastante agradable y variada.

P. ¿Y lo peor?

P. La chulería de algunos, que no es más que una falta de respeto al prójimo.

P. Usted es vecino de la villa desde 1969.

R. Aterricé en pleno estado de excepción y a los pocos días me hicieron un registro en casa y acabé en la Dirección General de Seguridad. Me dijeron que me iban a expulsar.

P. ¿Llegaron a hacerlo?

R. No, pero siempre pesaba esa amenaza.

P. ¿Cómo era entonces ser corresponsal?

R. Muy distinto. Las noticias no se podían contrastar por teléfono. Eramos periodistas casi clandestinos. Aquello era más romántico, pero más arriesgado.

P. ¿Y el Madrid de esa época?

R. Era una ciudad más tranquila, donde faltaban muchas cosas. A pesar de bastantes prohibiciones, tenía algunos encantos hoy desaparecidos. Madrid tiene algo de lo que carecen otras urbes: se vive mucho en la calle.

P. ¿Qúe noticia le gustó más escribir?

R. El final de la dictadura.

P. ¿Y menos?

R. El 23-F.

P. ¿Escribir sobre corrupción ha sido una sorpresa?

R. Me ha sorprendido que llegara a tan altas jerarquías. Por lo demás, no es un fenómeno exclusivamente español. Parece que aquí, entre tantos amigos, se controla muy poco.

P. ¿De dónde le viene la devoción por la piel de toro?

R. De pequeño me gustaba mucho la geografía y el mapa de España me fascinaba especialmente, no se por qué. Además, tenía un tío medio bohemio que siempre me decía: "Es un país muy vital. Tienes que ir".

P. Y vino.

R. Y me quedé.

P. ¿Porqué aguantó un mes en París cuando le destinaron en 1976?

R. Me pasaba el día telefoneando a España, donde estaba cambiando el sistema político, algo que yo había esperado tantos años. Sentía morriña.

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