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El cambio en Ucrania y Bielorrusia favorece lazos más estrechos con Moscú

Pilar Bonet

PILAR BONET El presidente electo de Ucrania, Leonid Kuchma, convencido partidario de estrechar relaciones con Rusia, juró, ayer su nuevo cargo en Kiev, relevando a Leonid Kravchuk, primer jefe del Estado independiente tras la desintegración de la URSS, en 1991. La elección de Kuchma y la del nuevo presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, que toma posesión de su puesto hoy en Minsk, ha creado un clima de grandes expectativas en Moscú por lo que se interpretan como indicios de la reintegración de, los Estados eslavos en tomo a Rusia, aunque sobre una nueva base económica y política.

El nuevo presidente ucranio quiere contribuir a modelar una zona euroasiática, que sea fuente de materias primas y mercado para Ucrania, pero ha reiterado insistentemente que no desea el retorno de la URSS. Kuchina, de 55 años, ex director de la empresa luzhmash, la mayor fábrica de misiles del mundo, estaba visiblemente emocionado cuando juró defender la independencia de su país sobre una Biblia del siglo XV y una Constitución que tiene su origen en la época soviética.En una intervención televisiva en idioma ucranio, Kuchma, que domina mejor el ruso y que es partidario de la cooficialidad de este idioma, prometió superar la crisis de los dos últimos años, impulsando la reforma económica. El nuevo presidente no trató de ilusionar a sus compatriotas, anunció "medidas duras e impopulares" y les pronosticó un duro invierno. "El romanticismo político y la euforia que han ido asociados con el. nuevo Estado han de ser sustituidos por el realismo, la ación concreta y el pragmatismo", señaló. "El Estado ucranio no puede ser nuestra única meta. El Estado debe ser para la gente, y no la gente para el Estado", manifestó el presidente, para quien "el Estado no es un icono al que se deba rezar".Ejecutivo fuerte

Kuchina es partidario de un poder Ejecutivo fuerte, lo que puede acarrearle conflictos con el jefe del Parlamento, el socia lista Alexandr Moróz, y el jefe del Gobierno, el apparatchik Vitali Masol, que debe su puesto al derrotado Kravehuk. El nuevo presidente ha hecho es fuerzos para demostrar que su intención de restablecer las re laciones económicas con Rusia, descuidadas en los últimos años, y de firmar un acuerdo de cooperación con Moscú no suponen volver la espalda a Ocidente ni renunciar a la in dependencia ucrania. Entre los proyectos de Kuchma figura la cooperación en la industria de Defensa con Rusia, la liberalización del sistema de cambio monetario y la rebaja de los impuestos.

El legado que recibe no es fácil, ya que la producción industrial en Ucrania ha descendido un 40% en lo que va de año y los planes de reforma, económica pueden topar con la oposición de los comunistas y socialistas que han contribuido a la victoria de Kluchma.

Entre los invitados a la ceremonia de toma de posesión estaba Yuri Meshkov, el presidente de la península de Crimea, territorio que apoyó fervientemente a Kuchma.

La expectativa de una reintegración militar y política del espacio postsoviético se ha puesto. de manifiesto esta semana en Moscú en una reunión de los ministros de Defensa de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), y otra reunión de los ministros de Asuntos Exteriores, durante la cual el jefe de la Diplomacia rusa, Andréi Kózirev, ha dicho que la formación de la CEI ha entrado en una nueva etapa cualitativa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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