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Cien intelectuales apoyan a Barcelona como capital europea de la cultura en el 2001

Empieza la cuenta atrás para conseguir la nominación de Barcelona como capital europea de la cultura en el año 2001. El programa se definirá de abajo arriba. Es decir, a partir de las propuestas e ideas de los ciudadanos y sus entidades culturales, tanto públicas como privadas, y no, como suele suceder, en virtud de un proyecto institucional. De hecho, el primer acto oficial de la candidatura fue la constitución, anoche en Barcelona, de un senado integrado por 2.001 ciudadanos vinculados al mundo de la cultura que tendrá como objetivo promover el proyecto y participar en la definición de sus contenidos. Entre los cien primeros miembros de este senado figuran desde el escritor Eduardo Mendoza al arquitecto Ignasi de Solá-Morales pasando por la soprano Montserrat Caballé y el cantante Loquillo.La candidatura de Barcelona, que de momento compite para el 2001 con Rotterdam, tiene que pasar todavía muchos obstáculos antes de poder siquiera presentar un proyecto definitivo ante la Unión Europea. Entre otros, la posibilidad de que en el 2000 se otorgue esta nominación a alguna de las tres ciudades españolas que optan a ella: Salamanca, Santiago y Valencia. Ello dificultaría el objetivo de Barcelona, que aun así seguiría optando en años sucesivos. En cualquier caso, la maquinaria para conseguir el máximo apoyo ciudadano e institucional se ha puesto en marcha. Es una maquinaria que se engrasó a raíz de los Juegos Olímpicos y que ahora vuelve a funcionar con un proyecto que, en principio, ha conseguido el consenso, institucional y el apoyo de todo tipo de entidades culturales.

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el consejero de Cultura, Joan Guitart, presidieron ayer el primer acto oficial de la candidatura. Fue en el palacete Albéniz de la barcelonesa montaña de Montjuïc, un espacio reservado para las grandes ocasiones que acogió a un amplio sector del mundo cultural de la ciudad. Cerca de un centenar de personas acudieron a rubricar con su firma un primer manifiesto programático que ponía énfasis en la participación ciudadana en el proyecto y en una idea de cultura amplia y multidisciplinar en la que tengan cabida no sólo todas las artes, sino también los nuevos proyectos culturales aún por crear.

Cambio de política

El acto significó también un cambio en la política cultural catalana de los últimos años. Si en el primer proyecto de capitalidad cultural que realizó el arquitecto y ex concejal de Cultura Oriol Bohigas todo el énfasis recaía en la finalización de las grandes infraestructuras culturales de Barcelona, sobre todo museos, bibliotecas y archivos, en el nuevo proyecto que ha redactado el director de la oficina de candidatura, Ferran Mascarell, el énfasis recae menos en las piedras y más en las personas. Tanto Mascarell como el comisionado de la candidatura, el concejal Joaquim de Nadal, pretenden involucrar a todos los sectores culturales de Barcelona y Cataluña. Su objetivo es "reinventar el concepto de capitalidad cultural ( ... ), contribuir desde nuestros principios culturales a rediseñar los márgenes del propio concepto de cultura" y convertir a Barcelona en líder y escaparate de una cultura europea centrada en "la diversidad y el mestizaje".

El programa concreto está aún por definir. El primer paso ha sido la creación de este senado ciudadano, que se inició ayer con cien firmantes y que se irá ampliando a lo largo de estos años hasta alcanzar los 2.001 miembros. Estos participan en el senado tanto a título individual como en representación de diferentes instituciones o entidades. La larga lista incluye, entre otros, a Mercedes Abad, Eduardo Mendoza, Baltasar Porcel, Carme Riera, Jordi Sarsanedas, Sergi Aguilar, Joan Hernández Pijuan, Antoni Tápies, Oriol Bohigas, Maria del Mar Bonet, Jaime Camino, Xavier Mariscal, Manel Esclusa; Cesc Gelabert, Guillermina Motta, Jorge Herralde, Joan Guirijoan, Lluís Homar, Andreu Morte, Rosa Novell, Gerard Quintana, América Sánchez, Loquillo y Carles Taché.

Según explicó Mascarell en la presentación del acto, este senado no funcionará como una mera comisión asesora de carácter formal. Aparte de representar simbólicamente la implicación en el proyecto de todo el mundo cultural catalán, "se hablará con cada una de las personas presentes sobre los contenidos y a todos ellos se les pedirá que hagan de promotores".

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