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La oportunidad de Hamás

Era, por así decirlo, la oportunidad que estaban esperando los militantes del movimiento islámico Hamás. La policía de Yasir Arafat no pudo contener el caos, mucho menos brindar protección a los trabajadores palestinos que cayeron ayer abatidos en el cruce de Erez. Por ello, el patio principal del hospital Shifa, el principal de Gaza, se convirtió ayer en escenario de las más estridentes críticas a Arafat y su nuevo Gobierno autónomo.Llegaron por centenares, en su mayoría jóvenes barbudos en fundados en chilabas blancas. Muchos hacían ondear banderas verdes y recitaban consignas del Corán. "¿Es esta la paz que nos trae Arafat?", gritaba un joven que se apostó a la entrada de la sala de emergencias para recibir con gritos de "Alá es grande" a los palestinos que llegaban en camillas ensangrentadas.

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Riad Zanún, el ministro de Sanidad de la flamante Autoridad Nacional Palestia (ANP, Gobierno autónomo) hizo una breve pero desafortunada aparición desde un estrado improvisado. Pedía calma, serenidad y aseguraba, mediante un megáfono, que Arafat en persona pediría cuentas a los israelíes. Pocos le escuchaban. Sus palabras quedaban ahogadas entre las consignas de los islamistas que no creen en el proyecto de paz con Israel. Zanún fue abucheado cuando, en un intento por dar peso a su indignación, anunció que el violento episodio de ayer será sometido a la consideración del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, que esta semana comienza una gira por Oriente Próximo. La sola mención del nombre del dignatario estadounidense arrancó un coro ensordecedor. "¡Christopher, Christopher, te cortaremos a pedazos como te mereces!"

Nerviosos policías palestinos de civil armados con fusiles automáticos tuvieron que proteger a Zanún ante el griterío que ahogaba la! sirenas del interminable desfile de ambulancias.

Según Zanún, 15 de los 73 palestinos internados en el hospital Shifa eran policías. Todos habían sido heridos con munición de guerra. A juzgar por esas declaraciones, los israelíes se ahorraron granadas de gas lacrimógeno y balas de goma. Se fueron a por las de verdad y no dispararon precisamente en el aire.

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