Un millón de personas pasaron por la Semana Negra de Gijón

La Semana Negra, el festival multicultural dedicado al género negro más importante del mundo, finalizó ayer en Gijón, después de nueve días plenos de una combinación de fiesta y cultura, en la que han participado alrededor de un millón de personas, según los organizadores.Más de medio centenar de escritores y editores, además de representantes del comic y del cine negro, acudieron este año a la cita gijonesa, desde países como Argentina, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, México, Noruega, Portugal, Reino Unido y Uruguay.

La VII Semana Negra, que comenzó el pasado día 9, fue clausurada ayer con una ceremonia de entrega de los distintos premios incluidos en el programa y del Premio Hammet a la Mejor Novela Negra de 1993 en lengua española. El mexicano Paco Ignacio Taibo II, director de la Semana Negra, fue el ganador de este premio que concede la Asociación Internacional de Escritores Policiacos (AlEP), por su novela La bicicleta de Leonardo.

Además de Taibo II, fueron premiados, entre otros muchos, el cubano Justo Vasco, que triunfó en el concurso de relatos Semana Negra-Ateneo Obrero de Gijón, con Y en esto llegó el Bebo, y el joven dibujante mexicano Ricardo Peláez Goycochea, que ganó el concurso de comic, con El antojo, una oscura historia sobre necrofilia.

Al acto de clausura asistieron el alcalde de Gijón, el socialista Vicente Alvarez Areces, y los dos presidentes honorarios de esta semana negra, la editora estadounidense Ruth Cavin y el escritor chileno Luis Sepúlveda, cuyas obras han sido traducidas a más de veinte idiomas.

Sepúlveda afirmó que la Semana Negra es la prueba de que la literatura del género policiaco es "la más fascinante y viva" y destacó, como acto más importante del certamen que ahora termina, la recogida de miles de libros para los lectores cubanos, con los que el sábado se formó una fila de más de kilómetros y medio dentro del recinto del certamen.

En línea con el espíritu comprometido de que está imbuida la Semana Negra, se difundió durante la clausura una carta en la que los participantes expresan su preocupación por la situación política italiana y por las últimas actuaciones en materia legal del Gobierno que preside Silvio Berlusconi, en referencia a la eliminación de la prisión preventiva para los presuntos corruptos. La carta fue firmada por casi todos los participantes.