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Descubierta una hija desconocida del poeta catalán Josep Pla

Sólo un notario conocía la relación del escritor y Adi Enberg

Josep Pla y Adi Enberg tuvieron una hija. Casi todo se desconoce de ella: su edad, el lugar donde nació, incluso si está viva o muerta. Nadie en el entorno familiar, amistoso y profesional más directo del escritor ampurdanés declara haber conocido esta circunstancia. Sólo dos personas estaban al corriente del caso. Sólo uno de ellos vive: es abogado y vive y ejerce en Barcelona.

Este notario fue el hombre que a finales de los años sesenta y por mediación del propio Noguera recibió de Pla un encargo profesional sorprendente: viajar cíclicamente a Suiza para depositar en la cuenta corriente de una tal señora Enberg determinadas cantidades de dinero. Pla dio a su intermediario pocos detalles, pero fundamentales, de aquélla a la que llamaba Rose: era hija suya y de Adi y había llegado el momento -ante la cercanía de la vejez- de ocuparse de ella y de asegurar su futuro económico.Ese hombre, con el que EL PAÍS ha mantenido una docena de entrevistas y que ha solicitado, por el momento, el mantenimiento del anonimato, hizo, entre finales de los sesenta y principios de los setenta, varios viajes a Zúrich y a Zug, una población próxima a la ciudad principal de la Suiza alemana. En casi todos ellos vio y habló con la hija de Pla. Ella tenía conciencia plena de ser la hija del escritor. En alguno de esos encuentros estuvo también presente su madre, Adi Enberg. Los viajes se acabaron en un año indeterminado de principios de la década de los setenta, cuando Pla decidió conceder a su hija una importante cantidad de dinero, que juzgó suficiente para que ella pudiera vivir sin aprietos el resto de su vida. No consta, sin embargo, que el escritor reconociera oficialmente su paternidad.

Pista perdida en Zúrich

La pista, pues, de Rose Enberg se pierde en esa época, los años setenta y en uno de esos dos lugares, Zúrich o Zug. Todos los intentos por localizarla han resultado infructuosos después de varios meses de investigación.Josep Pla y Adi Enberg se conocieron a mitad de la década de los años veinte en París. Adi, nacida en 1901, había estado casada anteriormente con un pariente lejano, de apellido Eenberg, o Eemberg. La hija común debió de nacer en el periodo que va entre 1925 y principios de los años treinta. Porque cuando el abogado la conoció, a finales de los sesenta, no aparentaba tener más de 45 años. Pla y Adi rompieron su convivencia -que no su contacto- poco después de terminarse la guerra civil.

En el año 1951, Adi se volvió a casar: con el pintor mallorquín Fuster Valiente. Fuster Valiente murió 13 años después. Su hijo, fruto de un enlace anterior, tampoco supo jamás que Adi y Pla habían tenido descendencia.

De momento se ha perdido la pista de esta mujer que hoy rondaría los 70 años. Consciente de ser la hija de Pla y Adi Enberg. Una mujer que hablaba español y un poco de catalán y que probablemente mantuvo una cierta correspondencia con su padre. Una mujer que abre una veta insospechada en la trama vital del gran escritor catalán.

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