El Grupo de los Siete y Rusia dan todo su apoyo al plan de división territorial de Bosnia
VICTORIA CARVAJAL / PERU EGURBIDE "Garantizaremos que las medidas comunicadas a las partes serán aplicadas, tanto si éstas las aceptan como si las rechazan". Esta frase de la declaración política de la cumbre del grupo de los siete países más desarrollados del mundo (G-7), que ayer concluyó en Nápoles, implica el apoyo más firme por parte de tales Estados y de Rusia, incorporada a dichas discusiones, al plan de paz para Bosnia recientemente presentado por el llamado Grupo de Contacto. Los ocho exigieron, además, a Corea del Norte que dé "total transparencia a sus programas nucleares".
Por primera vez, y en virtud de una iniciativa que matiza en cierto modo la importancia de la incorporación del presidente ruso, Borís Yeltsin, a la parte estrictamente política de estas conversaciones de los grandes, iniciadas hace 20 años, el documento político final no fue un comunicado suscrito por todos los presentes. Fue una declaración del líder del país anfitrión, Silvio Berlusconi, primer ministro italiano.Berlusconi resumió luego el documento a la prensa, dejándose ir hacia disquisiciones sobre la valía de los interlocutores que acababa de encontrar en su nueva actividad de político. "Puedo asegurarles que son todos serios, competentes, responsables", dijo. Incluso se refirió a las deficias de las noches napolitanas vividas por los grandes en compañía de sus esposas: "Atentos, que así aumenta la prole", afirma que les previno.
Un compromiso firme
Por último, Berlusconi reconoció que quizás había trivializado en la exposición unos temas que "en la declaración tienen una redacción muy solemne". Bill Clinton, por su parte, precisó que la declaración de Berlusconi recogía un compromiso firme de todos los asistentes a la cumbre.
"Creemos que las. partes del conflicto bosnio deberían aceptar el plan que les fue presentado el pasado 6 de julio en Ginebra. Les requerimos para que lo ha gan antes del 19 de julio", se lee en la declaración. El plan esta blece la división territorial de Bosnia, que atribuye el 51 % a los croatas y musulmanes, y el 49% a los serbios.
El plan formulado por Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea, integrantes del Grupo de Contacto, avanza así con unos apoyos como hasta ahora no había logrado ningún proyecto de paz para Bosnia.
El plan de paz no aspira a imponerse por contener ninguna solución milagrosa, sino porque, según señaló Silvio Berlusconi, "cualquier propuesta de reparto del territorio será igualmente artificial y discutible", y porque "si no se aprovecha la oportunidad hay un grave riesgo de que la guerra vuelva a empezar a gran escala. Las partes beligerantes deben evitar cualquier acción mifltar". La declaración del G-7 se produce precisamente cuando las Naciones Unidas intentan conseguir de las partes en conflicto una prórroga del alto el fuego de un mes alcanzado el pasado 10 de junio en Ginebra.
El comunicado insiste en que todo tipo de intervención orientada a imponer la paz en cualquier país o zona del mundo debe ser realizada exclusivamente "mediante mandato" de las Naciones Unidas.
La evolución de Corea del Norte tras la muerte del presidente Kim II Sung es la segunda gran preocupación de los ocho, que urgen al país asiático para que continúe las negociaciones con su vecina Corea del Sur y las que desarrolla con EE UU en Ginebra hasta "disipar definitivamente todas las sospechas sobre sus actividades nucleares".
Los ocho consideran esencial que Corea del Norte, que acaba de retirarse del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), siga aplicando las normas que éste impone y, en concreto, que "congele su programa nuclear, sin reprocesar el combustible consumido ni recargar sus reactores".
La declaración patrocinada por la cumbre del G-7 discurrió después por la habitual relación de buenos y malos, que se abre con un saludo al acuerdo israelo palestino, valorado como "un primer paso" merecedor del "fin del boicoteo de Israel" por parte de los Estados árabes.
La otra buena noticia del año es el fin del apartheid en Suráfrica, país al que prometen ayuda los ocho.
Entre los malos destacan Irak y Libia, que el G-7 mantendrá bajo sanción mientras no cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas, e Irán, que es llamado a "modificar su conducta en relación con el terrorismo".
La situación en Argelia
Preocupa al G-7 la situación en Argelia. Los ocho "condenan los recientes asesinatos de marineros italianos" y hacen un llamamiento a sus dirigentes "para que prosigan un diálogo político con los elementos de la sociedad argelina que rechazan la violencia y el terrorismo", aunque sean integristas en el plano religioso.
También les preocupa la guerra que se desarrolla en Yemen país al que piden que "las diferencias políticas internas se resuelvan a través del diálogo y los medios pacíficos".
Pero es África el continente donde el comunicado se detiene especialmente para hablar de "tragedias humanitarias" y sobre todo de "la situación en Ruanda", ante la que los ocho se sienten "horrorizados". Los ocho expresaron su apoyo a la intervención francesa.
La declaración política de esta reunión ampliada a Rusia del G-7 se compromete finalmente a "promover los derechos humanos" y a "potenciar los esfuerzos para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, los nacionalismos agresivos, el antisemitismo y otras formas de intolerancia".
Menciones especiales merecen la proliferación y el tráfico de armas, que los grandes se comprometen a combatir; el tráfico de drogas y la delincuencia organizada, sobre los que el próximo mes de octubre se celebrará una cumbre mundial en Nápoles, y el terrorismo: los ocho piden que se le prive de todo apoyo territorial o financiero.
Representantes de los indios de Chiapas, de los desheredados de Brasil, de las víctimas de Bliopal (India) y otros participantes en la llamada cumbre alternativa que integran el llamado Grupo de los más Pobres remitieron ayer una carta a los ocho pidiéndoles que sean más humildes y den más libertad al Tercer Mundo.
"El oso ruso no entrará rompiendo la ventana", asegura YeItsin
"Esto es sólo un principio. Pero el oso ruso no entrará rompiendo la ventana, y esperaremos a que los sistemas económicos de los Siete [el G7] y el nuestro sean más homogéneos de manera que, nuestro ingreso en el grupo resulte natural", dijo el presidente ruso, Borís Yeltsin, ayer al concluir la cumbre de Nápoles."Rusia", añadió, "por motivos prácticos, ha sido admitida en el mundo democrático. Para nosotros, es lo más importante. No se trata ya de pedir dinero, sino de que nos acepten como iguales en todos los planos, incluído el del comercio internacional".
El presidente norteamericano, Bill Clinton, en una conferencia de prensa conjunta, afirmó que la presencia de Yeltsin en Nápoles configuraba una jornada "muy importante", y anunció una próxima cumbre ruso-norteamericana, que se celebrará en Washington los próximos 27 y 28 de septiembre.
Por su parte, Yeltsin, a la pregunta e si as tropas rusas se retirarán de Estonia el próximo 31 de agosto, respondió: "Agradezco la pregunta, porque la respuesta es no mientras no lleguemos a un acuerdo para resolver el problema de las violaciones que allí se cometen de los derechos humanos de los ciudadanos de origen ruso". Estonia es el país báltico donde la población rusa es más numerosa.
Éxitos de Moscú
De momento, la participación rusa en la fase política de las cumbres del G-7 no ha quedado institucionalizada, aunque Yeltsin anunció que ya ha. sido invitado a participar en la próxima, que se celebrará en Halifax, Canadá, el año próximo. ¿Y luego? "Está clara la voluntad de todos de proseguir por esta vía", aseguró Silvio Berlusconi.
No obstante, puede decirse que Yeltsin ha conseguido algunos éxitos ya en Nápoles. El primero, compartido con EE UU, es el apoyo sin reservas al plan de paz del Grupo de Contacto para Bosnia, un proyecto en el que la parte rusa había trabajado duro. El segundo es la mención de que ninguna acción pacificadora o de reconstrucción podrá ser llevada a cabo si no es con un mandato previo de la ONU. Este último punto parece responder a las protestas rusas por las últimas intervenciones de la OTAN en Bosnia.
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