El bautismo teatral de Miguel Bosé pone en pie a casi 3.000 espectadores
"Los bosques de Nyx' abrió anoche el Festival de Mérida
El bautismo teatral del actor y cantante Miguel Bosé y el escritor Javier Tomeo, arropados por 13 actores y un equipo que ha funcionado como unía piña, logró poner en pie, entre aplausos y ovaciones, a los casi 3.000 espectadores que asistieron anoche a la primera representación de Los bosques Nyx, espectáculo que ha inaugurado por todo lo alto la 40a edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida.
Actores, técnicos, producción y todos los que han intervenido en mayor o menor medida en el montaje se mostraban eufóricos y compartían risas nerviosas con Tomeo y Miguel Bosé que no esperaban que en su primera experiencia teatral tuvieran una acogida de esta magnitud. En cualquier caso, aunque éste es el primer texto que escribió Tomeo, sus posteriores novelas ya han sido adaptadas en varias ocasiones 'para la escena.
Los bosques de Nyx, estrenada anoche, tuvo una gestación larga y alambicada. "En sus orígenes la obra surgió de un primer esquema al que llegó Paco Suárez, de Espectáculos Ibéricos, productora que dirige el Festival de Mérida", relata Miguel Bosé. "A este proyecto aportó muchas ideas Carlos Tristancho, que forma equipo con él; ambos me liaron a mí que tenía muchas ganas de dejarme liar, y yo recurrí después al dramaturgo Ronald Brauwer, que ha sido vital en todo este proceso, y que se convirtió en verdadero puente y experto mensajero con el autor".
A la medida
-A Javier Tomeo se le transmitió toda una información sobre la . idea que teníamos de cada personaje, del espacio escénico y él ha hecho unos hermosos textos, de manera poética, original, intuitiva, en los que ha creado unos diálogos. El resto ha sido aportado por la dramaturgia o la dirección",, señala Bosé.
Anoche estuvieron todos en el momento del nacimiento, al lado de los 13 actores que protagonizaron uno de los éxitos más sonados del Festival de Mérida. Tomeo sonreía a sus 12 heroínas inspiradas en personajes de Esquilo, Sófocles, Eurípides, Menandro y Homero. Ellas, María Fernando D'Ocón, Ana Marzoa, Beatriz Carvajal, Marisa Paredes, Mercedes Sampietro, Asunción Sánchez, Marga González, Natalia- Menéndez, Pilar Rebollar, María Adánez, Juana Cordero, y Montse Romeu (con su único actor masculino Gabriel Moreno en el papel de mensajero) sonreían unas y y otras daban la sensación de que les había hecho efecto transitar por el bosque de adormideras que para ellas habían creado las imaginaciones de Bosé (también autor del espacio escénico) y de Tomeo.
Horas antes del estreno Miguel Bosé transmitía una inusual tranquilidad. Ni una voz alta ni un aspaviento ni un grito ni un miembro de su cuerpo agarrotado se observaba en el novel director. Su serenidad se transmitió a las actrices, quienes a pesar de pasar las dos noches precedentes al estreno, ensayando hasta primeras horas del alba, se encontraban relajadas y hasta divertidas antes de la hora decisiva. Al parecer, no les faltaban razones. El público que asistió anoche al inicio del festival de teatro clásico les concedió una amplia muestra de aprobación y entusiasmo.
Un juego real
Miguel Bosé atravesó su adolescencia recreando teatrillos. Tomaba de la biblioteca de su padre un gran libro con las obras completas de Federico García Lorca y jugaba a crear espacios escénicos para Doña Rosita,Yerma, Bodas de sangre y otros dramas lorquianos. Lo de anoche no fue un juego.Fue su primer éxito teatral, un éxito que aunque a: Bosé le llegó a través de bravos y ovaciones, él lo vive desde otro concepto. "Entiendo el éxito cuando en la relación que establezco con un proyecto me doy cuenta que me gusta, me divierto, disfruto, me engancho, hay éxito cuando aquello que se hace se convierte en un tesoro lleno de riquezas", dijo.
Respecto a su futuro como director teatral, anoche afirmó lo mismo que decía los días precedentes al estreno: "Pretendo seguir dirigiendo y devolver la atención y el placer por asistir al teatro, a la ópera, a ese sitio que hoy a la gente le parece tan peliagudo, tan difícil, y ronquífero", decía desde la seguridad del que ya sabe que su montaje no fue un ladrillo soporífero que pueda hacer huir al público del teatro. "Si el teatro hoy no goza del prestigio y popularidad de otras épocas se debe a que muchos directores y escuelas han llevado a cotas íntimas lo que no les pertenecía, han querido convertir el arte escénico en una seudovanguardia esnobista, para falsas élites. y para suplir carencias personales", señaló.
El estreno de anoche fue la culminación de un intenso trabajo que, sin embargo, emanaba seguridad en la obra bien hecha. Tomeo siempre rodeado de las heroínas de la escena y Bosé echando más horas que nadie a la faena, estuvo arropado en todo momento por su protector clan familiar.
Babelia
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