Los editores ven en el libro electrónico un peligroso competidor

Los editores quieren sumarse al negocio del libro electrónico. Varias de las comunicaciones presentadas ayer en el Primer Congreso de Editores de España, que se celebra en Granada, analizaron las publicaciones del futuro, el papel que les espera a las editoriales convencionales y los problemas para la salvaguarda de los derechos de propiedad en los nuevos sistemas de comunicación interactivos.Josep Boixareu, de la editorial Marcombo, alertó a los congresistas sobre las consecuencias que para el sector tendrán las nuevas formas de edición si se desentienden de los avances tecnológicos que en los próximos años van a cuestionar el valor de los libros ordinarios. Boixareu animó a sus colegas a interesarse por los nuevos medios de edición porque "nos corresponde consecuentemente con nuestra función de editores" y porque "si no lo hacemos nosotros lo harán otros que no son editores ahora y nos desplazarán progresivamente de nuestro mercado".

Para ello sería necesario que los editores no dejaran en manos de las grandes empresas tecnológicas la explotación en exclusiva de dichos medios y que los Gobiernos financiaran la investigación sobre todo en la fase precompetitiva. Además los editores mostraron su preocupación porque el gravamen impositivo sobre los libros sólo se ha previsto para las ediciones convencionales pero no para las que utilizan algún soporte de tipo multimedia. El editor Antonio Comas planteó que el Gobierno dé el mismo tratamiento fiscal a los libros electrónicos que a los ordinarios.