Mariano Rubio confiesa su deuda millonaria con Hacienda
Mariano Rubio, gobernador del Banco de España de 1984 a 1992, reconoció ayer, ante la comisión del Congreso que le investiga, que en 1986 obtuvo casi 140 millones de pesetas que ocultó a Hacienda en la declaración liquidada en 1987, y que ha seguido sin declarar ese dinero y sus réditos. Rubio, que arguyó la investigación judicial para no contestar a preguntas concretas, señaló que 30 de esos 140 millones se los dio a su primo Carlos Pittaluga y que el resto "no se ha voladlizado". La comisión mostró su disgusto por la actitud del acusado.
La comparecencia de Rubio ante la comisión aportó pocos datos nuevos y sólo algunas reafirma ciones de hechos de que los ya se tenía sospecha, señalaron fuentes parlamentarias. Después de más de 13 horas de comparecen cia, repartidas en dos días (lunes y martes), los diputados resalta ron el "aguante" de Rubio y lo poco que había dicho. Distintos miembros de la comisión afirmaron que "Rubio reconoció que en 1986 había ganado casi 140 millones de pesetas que ocultó a Hacienda en una cuenta que no declaró al fisco". El ex gobernador no quiso explicar, acogiéndose al secreto de las diligencias judiciales que instruye el juez José Emilio Coronado, de dónde procedía ese dinero, aunque parece que es producto del pelotazo financiero que supuso la compra a crédito de la empresa Sistemas AF y su posterior salida a Bolsa. Las plusvalías de esta operación fueron de unos 1.600 millones de pesetas y a Rubio le correspondieron casi 140 millones.
Secreto
El destino actual de esa cantidad es un secreto que Rubio guarda celosamente. Sólo contestó que 30 de estos millones son los que figuran en la contabilidad de su cuenta ocultada a Hacienda como su "entrega a Carlos Pittaluga". Del resto sólo afirmó que "no se ha volatilizado, sino que sigue existiendo y está invertido".
Las demás preguntas sólo fueron contestadas en lo referente a su gestión al frente del Banco de España, que no dudó en calificar de "espléndida".
El enfrentamiento entre el compareciente y los parlamenta rios llegó a cotas elevadas a lo largo de las 13 horas. Jordi Casas, de CiU, le señaló "que podía parecer un acto de buena volun tad que manifestara su disposición a pedir al juez que le dejara remitir al Congreso su declaración ante la justicia, pero que, como sabía que el juez no lo iba a aceptar, no dejaba de ser un acto formal". Casas añadió que "además, si Rubio mantiene que sólo ha cometido una pequeña falta administrativa ante Hacienda, no tiene por qué no contestar a las preguntas que le hagan los miembros de la comisión, ya que, según Rubio, no hay delito fiscal del que acusarle".
Otros diputados reconocieron que los interrogatorios resultaron "un tanto crispados" porque eran conscientes de que Rubio les ocultaba datos relevantes.
El representante del Partido Popular, José Manuel Fernández Norniella, comentó que "Rubio se cierra como una concha y sólo colabora en lo que le interesa". Ésta fue la tónica general de todos los comisionados. Francisco Frutos, de IU, fue un poco más allá: "Rubio ha vulnerado la deontología político-profesional que debería haber mantenido como alto cargo". La conclusión de Frutos es que "hay dos Mariano Rubio: uno, el del día 15 de abril [cuando declaró en la Comisión de Economía], y otro, el de estos días". "Rubio", señaló, "tuvo graves incumplimientos en sus responsabilidades y esto es lo que importa".
Sin embargo, Emilio Olabarria, miembro del PNY, expresó su convencimiento personal de que Rubio no ejerció tráfico de influencias desde su puesto de gobernador del Banco de España. Añadió que la comisión no tiene pruebas para afirmar que existió ese tráfico de influencias, "lo cual no quiere decir que no lo haya ejercido, aunque yo a título personal estoy convencido de que no". Por contra, Fernández Norniella acusó a Rubio de que "miente ahora como mintió en su comparencia ante la Comisión de economía", al asegurar que hay intereses en la comisión para filtrar de manera tergiversada sus declaraciones.
El ex gobernador aclaró a los periodistas que recientemente se refirió al carácter "inquisitorial" de la comisión porque le negó el acceso a documentación, con lo que, dijo, no ha podido defenderse completamente. Rubio se negó a decir nada más.
La presencia pública de Mariano Rubio culmina hoy con otra comparecencia ante el juez de instrucción para someterse a un careo con Manuel de la Concha. Los abogados de la acusación particular pidieron, ante las discrepancias en las declaraciones de los dos acusados, que se realizara un careo entre ambos.
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