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La Música hispano-arabe vuelve a Granada

El patio de los Arrayanes de la Alhambra retoma una tradición eclipsada desde 1492

La música que durante siete siglos se interpretó en el Reino de Granada volvió ayer al patio de los Arrayanes de la Alhambra.Poco antes de medianoche, el grupo argelino Awtar-Tilimsen comenzó una vieja nuba concebida para acompañar los últimos minutos del día. Antes, los componentes de Cálamus, recrearon la tradición de la música hispano-árabe. Sólo 500 espectadores pudieron asistir a una de las veladas más esperadas del festival de Música.

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El acierto fue doble. Además de la novedad que ha supuesto la inclusión de la música andalusí en el certamen granadino los organizadores lograron recuperar un recinto sagrado en la hIstoria del festival, el patio de los Arrayanes, desechado a causa de su limitado aforo, pero que en el pasado fue el marco de actuaciones memorables de Arturo Rubinstein, Wilhem Kernpff o Andrés Segovia.El grupo español Cálamus expuso los modos en que la música hispano-árabe influyó sobre los países del Magreb. Creado en 1976, Cálamus es un conjunto que interpreta la música, fruto de sus propias investigaciones de una lejana tradición musical eclipsada a partir de 1492, con instrumentos reconstruidos por ellos mismos a partir de descripciones escritas o iconográficas.

El grupo Awtar-Tilimsen, al contrario, prosigue una tradición secular interrumpida que ha llegado por la repetición oral. Smaine Med El Amine explicó emocionado horas antes del concierto la fidelidad de sus interpretaciones: "Nuestra música no ha cambiado. Proviene de un origen y nosotros no tenemos derecho a alterarla. Quizá originalmente tuviera un ritmo más lento a causa de los instrumentos que se utilizaban, pero ni así podemos cambiarla".

Los constructores de Cálamus han logrado, tras arduas pesquisas, reinventar instrumentos cuyo aspecto material se había diluido en la memoria. Es el caso del panun, un instrumento de cuerda rehecho a partir de una ilustración miniada en un manuscrito persa. "Cada instrumento que reproducimos es ditinto. Algunos son más fáciles de construir que otros, pues existen imágenes y descripciones suficientes. Otros desaparecieron sin una forma conocida. Ciertos instrumentos no responden a una información única, sino que son el resultado de distintos datos documentales e iconográficos que hemos reunido", señala Carlos Paniagua, miembro del grupo.

La nuba está en los orígenes de la música andalusí. La traidicón oral conserva tres grandes repertorios en el norte de Africa: la sevillana, la cordobesa y la granadina. La decadencia de la dominación musulmana, y el éxodo consecuente, la divulgó por numerosos países islámicos donde se ha transmitido con la única debilidad de la memoria de los hombres.

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