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El Gobierno admite que ha perdido contacto con la sociedad y ha recibido una "seria advertencia"

Luis R. Aizpeolea

El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, reconoció ayer que el resultado de las elecciones ha sido "una seria advertencia" del electorado socialista al Gobierno y, en tono autocrítico, admitió la necesidad de acercar el Ejecutivo a la sociedad. Éstas fueron las principales conclusiones del análisis que el Consejo de Ministros hizo ayer del resultado electoral. Pérez Rubalcaba confirmó que el Gobierno mantendrá su actual línea política, con el respaldo de Convergencia i Unió (CiU), y aseguró que ningún ministro ha planteado la posibilidad de un cambio para establecer alianzas con IU.

Felipe González intentó dar un tono de normalidad al primer Consejo de Ministros celebrado tras el varapalo electoral del pasado domingo. El jefe del Ejecutivo, que mantuvo un aire relajado durante la sesión, planteó a los ministros la necesidad de intensificar su trabajo para elaborar los presupuestos de 1995, que serán negociados con Convergència i Unió. González anunció ayer que los próximos presupuestos serán restrictivos, como los años anteriores, al mantener el objetivo de lucha contra el déficit.El análisis de los resultados electorales no ocupó la mayor parte de la reunión del Gabinete ni el debate fue especialmente animado, ya que existe una amplia coincidencia de los ministros con las tesis del presidente sobre los objetivos del Ejecutivo y la actual política de alianzas.

El ministro de la Presidencia dejó claro, tras la sesión del Consejo de Ministros, que no se alterarán ni los objetivos ni las alianzas. Lo que sí cambiarán son las formas. "Vamos a trabajar con más firmeza, intensidad, celeridad, con más cercanía a los ciudadanos. Y haremos un esfuerzo por explicar mejor nuestra política", dijo Pérez Rubalcaba.

De este modo, el Gobierno se hacía eco de las críticas recibidas desde el propio partido socialista por su escasa proyección política. "Los ministros tenemos que hacer un esfuerzo por explicar nuestra política". Algo que no admitió cuando se le interpeló por la escasa presencia pública de Felipe González. "El presidente del Gobierno ya ha comparecido tres veces tras las elecciones", dijo. Y para ilustrar el contacto del jefe del Ejecutivo con la sociedad, añadió que "por Moncloa pasa mucho ciudadano de a pie, como grupos de pensionistas y jóvenes".

Profundizar en los objetivos

El ministro insistió en que los objetivos establecidos en el programa electoral que llevó al PSOE a la victoria en las elecciones generales del 6 de junio de 1993 permanecen inalterados: la lucha contra la crisis económica y contra la corrupción, y el desarrollo autonómico. Pérez Rubalcaba manifestó que las causas principales de la importante pérdida de votos de los socialistas radicaba precisamente en la crisis económica y los escándalos de corrupción. "La política económica está empezando a dar sus frutos. Lo que pasa es que aún no ha calado en el electorado", dijo el ministro, que a renglón seguido hizo un canto de la reforma del mercado laboral por sus efectos en el empleo. "Lo que ahora se trata es de profundizar en la política económica y en la lucha contra la corrupción con una actitud más firme, intensa y acelerada".

También insistió en que la política de alianzas del Gobierno cambiará. "Tenemos que compatibilizar nuestro trabajo de gestión con un mayor diálogo", dijo Pérez Rubalcaba. El Gobierno mantendrá el pacto prioritario con Convergència i Unió, que le asegura la estabilidad del Gobierno, y, como insistió ayer Pérez Rubalcaba, la reunión celebrada la víspera entre González y Pujol ha consolidado el pacto.

Además de con CiU, el Ejecutivo quiere reforzar sus relaciones con el PNV, cuyo presidente, Xabier Arzalluz, hizo anteayer una nueva oferta política de diálogo en la que no descartaba la entrada en el Gobierno.

En cuanto a Izquierda Unida, el Gobierno tratará de intensificar el diálogo con esta formación, pero sin modificar su política económica, autonómica y anticorrupción, según dejó claro Pérez Rubalcaba. También apuntó la necesidad de abrir el diálogo con el PP y no descartó la celebración de alguna reunión entre González y Aznar, aunque admitió que no está prevista.

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