Suspense en Jericó para recibir a Arafat
El líder palestino mantiene las dudas sobre su esperada llegada
Las calles están limpias, las paredes recién pintadas y prácticamente en cada palmera ondea la bandera palestina. A primera vista, en el oasis de Jericó todo está listo para dar la bienvenida triunfal a Yasir Arafat. Lo que nadie en estos momentos, ni siquiera quizás el propio Arafat, sabe es cuándo, cómo y por qué medio.En Jericó, el deporte local es hacer apuestas porque palabra oficial no existe. Arafat, maestro de las estratagemas, se las ha arreglado para crear nuevamente un gran suspense. Lo decían ayer sin ambages funcionarios israelíes y autoridades de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP): Arafat puede llegar entre este fin de semana o mediados de julio. La fecha, COMO muchas de las facetas del veterano líder palestino, es una adivinanza. Los rumores, conjeturas y cálculos abundan, pero la conclusión es unánime: Nadie sabe nada. En teoría, Arafat debía llegar hoy a Jericó. Ese era el anuncio más o menos formal que se hacía hace un mes. Pero si existe alguna constante en Oriente Próximo, es que el calendario es, cuando menos, superflexible. La más consistente de las incontables teorías que se hacían ayer en Jericó dice que el líder palestino podría llegar "entre el 17 y el 22 de junio".
Aunque nadie estaba en condiciones de explicar la lógica de ese cálculo, se apuntaba a un factor totalmente ajeno a la política: Arafat, se decía en varios círculos palestinos e israelíes, es consciente de que su retorno a Palestina y el impacto publicitario de tan dramático acontecimiento, tendría necesariamente que competir con la atención universal centrada en las primeras jornadas del campeonato mundial de fútbol. "Arafat no quiere ser eclipsado por los goles", decía ayer un funcionario palestino en Jericó. "Al fin y al cabo, su retorno a Palestina es uno de los capítulos más importantes de la historia contemporánea y desea darle precisamente esa dimensión acaparando la atención internacional durante varios días". Si se trata realmente de una maniobra propagandística, Arafat ya puede jactarse de una victoria. Prácticamente no hay palestino o israelí que no esté pegado a la radio para enterarse si ya existe una decisión, una fecha, una hora. La expectativa es particularmente intensa en Jericó, la futura sede del Gobierno autónomo palestino y residencia oficial de Arafat tras cuatro décadas de exilio.
Todo indicio vale en el intento de adivinar fecha para el momento culminante de la larga marcha de los palestinos. La llegada hace dos días de un avión cargado de material de las principales cadenas de televisión del mundo disparó rumores de que el retorno se produciría este fin de semana. Idéntico efecto tuvo la noticia de que en la frontera entre Gaza y Egipto esperan dos helicópteros, aunque con la posible variante de que el presidente de la OLP no entraría en su patria por Jordania, sino que volaría a Jericó para ahorrarse el engorroso trámite de presentar documentos a autoridades israelíes en el puente de Allenby, sobre el río Jordán.
Cualquiera que sea la opción final, Arafat tendrá que efectuar verdaderos actos de malabarismo para impedir que su retorno se transforme en un pandemonium de proporciones bíblicas. Desde hace días los colonos judíos de los territorios ocupados preparan manifestaciones de protesta para el "día de la traición" y los grupos más militantes han amenazado con bloquear todos los caminos que conducen a Jericó, a fin de sabotear lo que se perfila como una histórica manifestación de reivindicación nacionalista árabe. De hecho, el Gobierno israelí está estudiando el desplazamiento de más de 10.000 policías para impedir disturbios.
En Túnez, la sede de la OLP, decenas de funcionarios realizaban ayer esfuerzos de logística para tratar de coordinar las actividades de "la fecha". Un destacamento de la Fuerza 17, el aparato de seguridad personal de Arafat, ya ha estado supuestamente visitando Gaza y Jericó bajo el más estricto sigilo. El departamento de obras sociales de la OLP, entretanto, está ultimando detalles para el viaje de los 26 hijos adoptivos de Arafat hacia Jericó. Los economistas de la OLP, por su parte, todavía están dando los últimos toques a la lista de proyectos que Arafat hará públicos en Jericó para eliminar la impresión de que el líder llega con las manos vacías.
Al ambiente de confusión se sumó ayer la noticia de que Arafat no permanecerá más de dos días en Jericó y que, en el último momento ha decidido cancelar planes de pernoctar en la casona de la familia Hamduní, una villa a la vera del camino entre Jericó y el puente Allenby, donde hasta el domingo se hacían preparativos para alojar a Arafat y su cortejo. "Arafat dormirá junto a sus soldados, en el cuartel general de la OLP", explicó un funcionario de la policía palestina. "Lo más probable es que en sus próximas visitas se aloje en la casa de los Hamduni", agregó.
Mientras los palestinos esperan ansiosamente a Arafat, mucha gente de Jericó le ha visto el negocio a la ocasión. Propietarios de edificios en la plaza principal están alquilando balcones y terrazas a diversos equipos de televisión, que se han instalado en Jericó para esperar y seguir esperando. "No veo nada malo en ello", dijo uno de ellos.
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