Clinton y Major homenajean a las víctimas de la II Guerra Mundial y de la resistencia antinazi
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el primer ministro británico, John Major, rindieron ayer homenaje a las víctimas norteamericanas en la Segunda Guerra Mundial y a la decisiva colaboración entre sus dos países para derrotar al nazismo. En su primera visita al Reino Unido, cuyo objetivo es la conmemoración del 50 aniversario del desembarco aliado en Normandía, Clinton trató con Major de la necesidad de impulsar un acuerdo de paz en Bosnia y explicó que su propuesta de sanciones a Corea del Norte no es un acto de guerra.
Bill Clinton se encontró con John Major en el escenario ideal para borrar viejas diferencias entre ambos: en el cementerio de Madingley, próximo a Cambridge, donde están enterrados 3.812 estadounidenses que dieron su vida por la libertad de los británicos y donde se rinde homenaje a otros 5.000 desaparecidos, entre ellos Joseph Kennedy, el hermano del presidente asesinado, y Glenn Miller, el director de orquesta que puso música a la Segunda Guerra Mundial.Allí, John Major dio por olvidado el hecho de que Clinton haya sido el primer presidente norteamericano en muchos años que no hizo una escala británica en su primer viaje a Europa, en enero pasado y destacó que el actual inquilino de la Casa Blanca "no podía haber encontrado un momento más adecuado y un mejor lugar para su primera visita".
"Por muy duras que hayan sido las circunstancias, británicos y norteamericanos han permanecido juntos en unidad de creencias", dijo el primer ministro del Reino Unido en Madingley para despejar cualquier duda sobre las especiales relaciones entre los dos países.
Major y Clinton sostuvieron una reunión bilateral en la residencia campestre del primer ministro británico, en Chequers, en la que analizaron la situación en Corea del Norte, Bosnia y Ruanda. Major señaló que los gobiernos británico y norteamericano "comparten la preocupación" por la situación en la península de Corea. Estados Unidos necesita el voto del Reino Unido para la aprobación en el Consejo de Seguridad de la ONU de las sanciones que Washington propone contra Corea del Norte.
Bill Clinton dijo que el régimen comunista de ese país está todavía en condiciones de evitar esas sanciones si accede a la inspección de sus instalaciones nucleares, donde se sospecha que los norcoreanos pueden estar construyendo armamento atómico. "Creo que, claramente, las sanciones no son una especie de acto de guerra y no deberían ser vistas como tal", manifestó el presidente norteamericano. Al mismo tiempo, Clinton informó que Estados Unidos "ha dado algunos pasos para apoyar la capacidad" de sus tropas estacionadas en Corea del Sur.
Acuerdo en los Balcanes
En relación con Bosnia, el presidente norteamericano afirmó: "Estamos decididos a redoblar nuestros esfuerzos para conseguir un acuerdo". John Major hizo una advertencia a todos los bandos implicados en el conflicto balcánico (serbios, musulmanes y croatas) para que no pongan a prueba la paciencia internacional por más tiempo. "Es vital que las tres partes reconozcan que la continuación de la guerra no beneficiará a sus posiciones sino que continuará minando la paciencia internacional", añadió.
El primer ministro británico afirmó también que su país está dispuesto a prestar "apoyo logístico" a la misión de las Naciones Unidas para acabar con la matanza en Ruanda y respaldó la decisión de Clinton de renovar el estatuto de nación más favorecida para China.
Durante el homenaje a los muertos norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial, Clinton defendió la necesidad de extender el compromiso por la libertad hacia aquellas naciones que todavía no disfrutan de ella. "Después del Día D", dijo en el cementerio de Madingley, "fue necesario otro año para que la libertad alcanzara el Elba. Hicieron falta 44 años más para que llegara a Varsovia, a Praga y al este de Europa. Ahora ha llegado a Kíev, a Moscú e incluso más allá. La misión de este tiempo es asegurar esa libertad y extenderla más lejos todavía".
Este viaje al Reino Unido tiene además un carácter particularmente emotivo para Bill Clinton, que vivió aquí dos años de estudiante, en la Universidad de Oxford, durante los que visitó la Unión Soviética y participó en actividades contra la guerra de Vietnam.
Clinton dijo que había sentido "una gran nostalgia al sobrevolar la campiña inglesa". Clinton hará hoy a bordo de un buque de guerra el mismo recorrido que, hace 50 años, llevó a las tropas aliadas hasta Normandía.
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