"Retirarse es medio morir"
Todos se han apuntado al homenaje del día 24 de junio en Madrid, que se presenta mañana oficialmente. Flamencos, clásicos de la copla y de la canción andaluza, cantautores... Junto a Juanito Valderrama estarán la Niña de la Puebla, Marifé de Triana, Lola Flores, Manolo Escobar, Rocío Jurado, Rafael Farina, Joan Manuel Serrat Joaquín Sabina, María Dolores Pradera, Nati Mistral... Se le impondrán medallas y le recibirán los Reyes. Y todos recordarán El emigrante, Su primera comunión, Un chaval... Canciones que han unido generaciones, elegidas entre las 1.500 que Juanito Valderrama grabó durante 60 años de carrera, recogidas en 90 discos. Es el legado de un artista que hoy, a los 75 años, se conserva espléndidamente y no quiere decir adiós, porque "retirarse es medio. morir". Y pide que le dejen enseñar lo que sabe a los chiquillos. "Es nuestra cultura y así no me iría definitivamente".Pregunta. ¿Siempre Juanito?
Respuesta. Siempre. Juan puedo ser yo, mi hijo o mi nieto. Juanito es mi identidad.
P. ¿Cómo era el niño Juanito?
R. Trabajaba en el campo, en un cortijo que tenía mi padre en Torre del Campo, mi pueblo. Mi padre no quería que fuera artista, porque creía que eran unos golfos. Por allí pasaban todos los cantaores de aquella época: Marchena, Vallejo, La Niña de los Peines, Pepe Pinto... Un día llegó La Niña de la Puebla, que iba con su padre y con un concepto muy recto. Canté con ella, hablaron los padres. y me llevaron a Madrid. Así empecé.
P. Pero antes se escapó dos veces de casa y tuvo que ir a buscarle la Guardia Civil.
R. Bueno... No había manera de quitármelo de la cabeza y a los 10 años me fui a Motril en un camión de pescado. Mi padre ya vió que había que dejarme. No soñaba más que con cantar.
P. Vivió muy joven la Guerra Civil.
R. No tenía aún 20 años. Cantaba con La Niña de la Puebla. Recuerdo la actuación del día 12 en Valencia, cuando mataron a Calvo Sotelo. Había muy poca gente. El 18 cantamos en Almería ante 100 personas y la gente ya estaba en la calle, en grupos... Había estallado la guerra. El 19 cantábamos en Motril y...
P. Conserva ágil la memoria...
R. Afortunadamente me funciona. Va a salir un libro donde explico todo. Se llama Mi vida y el cante. Bueno; el 19 de julio del 36, a las tres de la tarde, salimos con el autocar hacia Motril; en Agra se sublevó la Guardia Civil y veíamos los tiros. En Málaga nos requisaron el autocar y estuvimos allí 14 días. Ya me daban por desaparecido. Al mes pude llegar a casa. En mi pueblo estaban dos compañías de flamenco y formamos un grupo artístico para actuar para Socorro Rojo y el Frente Popular.
P. Termina la guerra y...
R. Me vengo a Madrid. Comencé a cantar en Villa Rosa y con la ayuda del guitarrista Ramón Montoya me hice el amo. Eran juergas donde iba la grandeza; te daban 20 duros y allí estaba Varea, Pavón... Estuve un año, fue mi bachillerato flamenco y aprendí toda la escuela de Chacón. Con Montoya hice mi primera grabación en San Sebastián, y de allí salí figura.
P. Le han acompañado los mejores guitarristas.
R. Todos. Montoya, Sabicas, 19 años con Niño Ricardo... La fuente donde ha bebido todo el mundo, el Belmonte de la guitarra flamenca fue Ramón Montoya. Niño Ricardo fue la continuación, al que también han copiado todos los jóvenes de ahora.
P. ¿Y Paco de Lucía?
R. A Paco le conocí con nueve años en Algeciras, con pantalón corto y tupé, uña noche que veníamos de Tánger. Era Nochebuena y vi a un chaval en un rincón que se- bebía la guitarra. Le dije a Niño Ricardo: ¿Qué te parece éste si sigue así? "Si sigue así, a los albañiles todos". Palabras de Niño Ricardo. Y se salió con la suya.
P. También ha conocido a los grandes cantaores.
R. He cantado con todos. Con La Niña de los Peines, Tomás Pavón, Caracol... Le voy a nombrar tres fundamentales: Vallejo, que todo lo hacía bien; La Niña de los Peines, una mujer única, y Marchena, un revolucionario del flamenco en, los cantes libres.
P. En 1943 se incorpora a la compañía de Conchita Piquer.
R. Concha me contrata por medio millón de pesetas para cantar en América y España. Era luna mujer muy especial. Tuve algún problema con ella y rompí el contrato de América, pero después nos hicimos muy amigos.
P. Cinco años más tarde llega El emigrante, su gran éxito.
R. Fui a cantar a Francia y ví a muchos españoles llorar de añoranza. La canción nació en Ponferrada. Estaba recitando y Niño Ricardo me acompañó con una frase de guitarra que me inspiró aquello de "Adiós mi España querida, dentro de mi alma te llevo metida".
P. Dicen que era una de las canciones preferidas de Franco.
R. Una vez me felicitó por la canción y dijo que era muy patriótica. Yo la había hecho con el sentido contrario, aunque sin. matiz político.
R. Usted nunca se, ha definido políticamente.
R. Jamás. Nunca he tenido carné, ni siquiera de artista, ni he pertenecido a ningún partido. Creo que un artista se debe a su arte y al público, aunque uno tenga sus sentimientos.
P. En el mundo de la cultura desvela más sus sentimientos. Le dedicó una canción a Jacinto Benavente, tras su muerte.
R. Don Jacinto me quería mucho. Cuando a las 100 representaciones de sus obras, La infanzona o Los intereses creados, se le hacía un homenaje, no llamaba a otro artista más que a mí. Le gustaba mucho como cantaba. Siempre venía a verme y se quedaba en el camerino conmigo. Era un hombre de gran delicadeza y me encantaba escucharle, porque siempre se aprendía algo de él.
P. En 1954, se separa de su primera mujer y vuelve a comenzar de cero.
R. Contraté a Dolores Abril para mí espectáculo. Tenía 17 años, venía con su madre, era una chiquilla y de ahí vino lo lógico y normal. Un año después me separé de mi mujer y he vivido con Dolores más de 30 años sin poderme casar. Hace cinco o seis anos me dieron la anulación y al fin pude hacerlo. Tengo con ella dos hijos preciosos y hoy formamos una familia con los tres de mi primer matrimonio. Pero fue muy duro. Renuncié a todo mi patrimonio y salí con lo puesto. A empezar de nuevo. Hoy se acabaron las asperezas.
P. En 1968 publica lo que muchos consideran su gran obra: la Historia, del cante flamenco, en cuatro volúmenes.
R. La grabé en una semana en 1963. Creo que es lo más grande que he hecho. Lleva 50 cantes.
P. ¿Se quitó la espina ante los ataques de aquellos que le acusaban de impuro?
P. Yo no he tenido espinas. La gente se labró una historia para quitarme importancia. Yo he sido durante 14 años figura máxima del cante flamenco sin cantar cuplés. Canté cuplés en los 50, pero en 41 ya era figura máxima. Ví que doña Concha Piquer, ella sola, trabajaba a 30 pesetas butaca, mientras 20 figuras del flamenco juntas lo hacíamos a 10. La canción es de mayorías y el flamenco de minorías no, hay que darle más vueltas.
P. ¿Cómo está hoy la canción española?
R. Hay muy buenas voces, muy buenos artistas. Pero no va mos a a tener otros compositores y letristas como Quintero, León y Quiroga. Hay uno muy bueno, Manuel Alejandro, pero le dan mil millones por hacer canciones para Julio Iglesias o Rocío Jurado y no está para nosotros. Además, Quiroga hacía cien canciones al año y Alejandro hace diez. También estoy preocupado por que los artistas se preocupan más de imitar que de crear. Hay que tener un sello, aunque sea de correos. El único que tiene inquietud en el flamenco es Enrique Morente.
P. Para terminar, el homenaje.
R. Estoy muy agradecido a toda España porque se ha volcado. Va a ser un acontecimiento innenarrable. Vienen 25 autobuses de mi pueblo. No merezco eso y al final de mi carrera -no digo adiós porque retirarse es medio morir-, quisiera que me dieran la oportunidad de dar unas charlas en las escuelas para los chiquillos. Tengo muchas cosas que decir; son 60 años de profesional y a cantar flamenco no se puede enseñar, pero sí a saber distinguir los cantes y los ritmos; a conocer a los grandes como Chacón, Manuel Torre, Enrique el Mellizo, Juan Breva, La Trini... Es nuestra cultura y así no me iría definitivamente.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.