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LAS SECTAS EN ESPAÑA

No todas son iguales

Juan Arias

Etimológicamente, la palabra secta no implica ningún valor negativo como, sin embargo, se le da en la opinión de la calle. De ahí que muchos prefieran -empezando por el Parlamento Europeo y el mismo Vaticano- llamarles nuevos movimientos religiosos o bien religiones juveniles. A la vez que se distingue entre secta positiva y secta destructiva. Porque es muy amplia esa galaxia infinita de sectas, que pueden ser de origen cristiano, judaico, islámico, hindú, budista, animista y hasta satánico. Sólo de origen oriental existen unas 100 sectas. Pero en ninguno de sus troncos pueden considerarse todas al mismo nivel. Y es que, por el hecho de que no sean Iglesias o movimientos ortodoxos u oficiales, no se les puede satanizar. Baste recordar que muchas de las órdenes y congregaciones religiosas hoy bendecidas por el Vaticano habían sido en sus orígenes excomulgadas Y. hasta perseguidas por la Iglesia, empezando por el franciscanismo del Pobrecillo de Asís, probablemente un secuaz del sufismo, antes de que el Vaticano le obligara a entrar por el aro.Como resultaría injusto meter en el mismo saco a movimientos orientales, de origen hindú o budista, que se inspiran en la meditación, el yoga, el tantra o el zen, que a las sectas cuyo comportamiento delictivo ha acabado ante los tribunales. Porque si no se podría caer en la paradoja de quienes colocan entre las sectas destructivas a organizaciones como el Opus Dei e incluso a la misma Iglesia católica, acusados por algunos de destruir psicológicamente a sus secuaces por medio de un lavado de cerebro, o de abuso de menores como ha ocurrido en la Iglesia católica norteamerica recientemente.

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Fanatismo católico

Ni se puede acusar indiscriminadamente a todas las sectas de ser destructivas por el hecho de contar con un líder carismático fuerte que exige a los suyos disciplina y autoridad, que les promete paraísos de felicidad si permanecen dentro y amenazas si lo abandonan. Porque, como ha dicho a EL PAÍS el teólogo Enrique Miret Magdalena, "también existe sectarismo y fanatismo entre los católicos". Y recuerda cuando, en la España del nacionalcatolicismo, jesuitas y religiosos del Corazón de María sostenían que "quienes muriesen con ellos se salvarían y que quienes estuvieran fuera se exponían a condenarse".Tanto el Parlamento Europeo como las Cortes Españolas, al analizar el problema, han subrayado que la libertad de culto y de religión impide perseguir a las sectas como tales. Cabe sólo castigar los presuntos actos delictivos de miembros de las mismas contra las leyes del Estado. O negarles la oficialidad si no dan garantías de seriedad.

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