Morenito se rompió el ligamento lateral al banderillear
El venezolano Morenito de Maracay pasó cojeando y visiblemente dolorido a la enfermería, tras la lidia del cuarto toro, en el que se lesionó en la rodilla derecha, y donde se le apreció rotura del ligamento lateral interno. Tras el reconocimiento que le hizo el doctor García Padrós, éste indicó al torero que se marchase a su casa para guardar reposo absoluto hasta hoy cuando deberá sufrir un recocimiento más profundo, con artroscopia incluida, en una clínica especializada en este tipo de lesiones óseas.Morenito, que ya arrastraba molestias desde hace tiempo en esa pierna,, dijo que sintió un chasquido al girar la pierna tras el par de banderillas que colocó a ese toro: "El dolor fue inmediato y me di cuenta de que algo se había roto ahí dentro". Después se quejaba de que, por causa de la lesión, no pudo cuajar a ese toro como merecía su calidad: "Me gustó mucho desde que salió y pensé que le iba a cortar las orejas, lo que habría ocurrido de no ser por este percance".
Tras afirmar que aguantó como pudo hasta matarlo `por respeto a la plaza" y porque era su último toro en San Isidro, ya que esta es su postrer temporada española, Morenito añadía que "hubiera sido un broche de oro perfecto si le cojo en condiciones". En cualquier caso confía en venir otra vez a Las Ventas a lo largo de esta temporada para despedirse definitivamente de la afición madrileña.
Muy desilusionados
Sus compañeros de cartel, Tomás Campuzano y Juan Cuéllar, se mostraban muy desilusionados al terminar la corrida y ambos coincidían en culpar de ello a los toros de Alonso Moreno. "Se cumplieron las previsiones negativas que traíamos, y ya habíamos adelantado, con respecto a esta divisa", resumía Campuzano. El diestro andaluz acumulaba adjetivos para definir a estos toros: "Sosos, sin fijeza, sin casta y sin transmisión". Concluía sus palabras recordando al sobrero de EI Sierro que lidió en quinto lugar: "Ese, peor; un manso de solemnidad".,Cuéllar aún estaba más descorazonado "porque pese a que ya m temía lo que iba a pasar con estos toros, siempre guardas la ilusión de que alguno se equivoque y te ofrezca la posibilidad del triunfo salvador". También tenía algunas quejas para el público: "No entendieron las dificultades y el peligro sordo de los toros. Un peligro que supongo que no se veía desde arriba, pero sí lo sentíamos los que nos pusimos delante".
El de Colmenar de Oreja agregaba que este peligro fue la causa de que no ligase los muletazos, como oyó que le pedían desde los tendidos: "Era imposible, porque los toros se tragaban a duras penas el primero de la serie, pero después se iban y al citarlos para el segundo ya no atendían a la muleta y embestían al cuerpo".
Babelia
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