El arqueólogo José María Luzón, nuevo director del Museo del Prado
La ministras Carmen Alborch elige a un gestor eficaz con fama de pacificador
La ministra de Cultura, Carmen Alborch, cerró ayer la crisis del Prado nombrando director del museo a José María Luzón, un jiennense de 52 años, catedrático de Arqueología, con fama de pacificador, buen gestor y convencido burócrata. Luzón ha sido anteriormente director del Museo Arqueológico Nacional y director general de Bellas Artes. Luzón abandonó este cargo a los tres meses de que Alborch se hiciera cargo del ministerio; un cese que fue presentado como una dimisión. "No hay museos complicados" con este comentario optimista acogió ayer Luzón la noticia de su nombramiento.
La ministra comunicó ayer al pleno del patronato su decisión, y el nombramiento será aprobado el viernes en Consejo de Ministros. La reunión con el patronato duró medía hora, el tiempo justo para comentar los planes para el futuro del museo, con el aporte documental de las fotocopias de sus intervenciones en el Congreso; la dimisión irrevocable de Francisco Calvo Serraller y los breves comentarios de algunos patronos.En el encuentro con el patronato, una deferencia de la ministra al no estar obligada a obtener su conformidad, asistieron 18 de los 29 patronos, en la nueva formación aprobada hace cinco meses con la llegada del director anterior.
La decisión de la ministra de Cultura causó auténtica sorpresa tanto en el museo como entre los miembros del patronato. Su nombre no había aparecido en ninguna quiniela y esto reforzó la sorpresa. Manuela Mena, subdirectora del Prado y Candidata a la dirección hasta última hora, se negó a hacer ningún comentarario sobre el nuevo director.
Carmen Alborch declaró a la salida de la reunión: con el patronato que el perfil de José María Luzón reunía la experiencia académica y administrativa, "una persona que trabaja muy bien en equipo y sabe concitar los mejores esfuerzos". Añadió que en estos momentos "hay que aunar esfuerzos" y que en el equipo no sólo está el director sino también un patronato, con un perfil académico, y un comité científico, de reciente creación, que todavía, no ha celebrado su primera reunión.
La ministra recordó su intervención de septiembre en el Congreso para intentar demostrar ante los periodistas que había un plan para el Prado. Según sus palabras de ayer, el año 1994 es de reflexión para poder trazar el futuro. Los primeros argumentos se encontrarán en el informe que prepara la comisión permanente del patronato sobre la ampliación de los espacios, la colección y los fondos y los servicios internos y externos. La comisión ya tiene decidido que la ampliación del edificio Villanueva y el Casón sea el actual Museo del Ejército. La ministra quiere a continuación convocar un concurso internacional de ideas y buscar el máximo de apoyo en los grupos parlamentarios. Para ese proyecto también cuenta con las aportaciones de la iniciativa privada.
"Es difícil decir no"
"No le puedo decir si he dudado o no cuando la ministra me ha ofrecido el cargo esta misma mañana. El Museo del Prado es lo máximo a lo que se puede aspirar. No es una simple pinacoteca, es la institución más representativa de la cultura española. Es muy dificil decir que no y no colaborar", señaló ayer telefónicamente el recién nombrado director del Prado.Luzón minimizó el tenso ambiente que, vive el museo. "No hay museos complicados. Conozco muy bien la dinámica interna del Prado, ya que fui miembro de la comisión permanente del patronato durante tres años, por lo que tengo una visión muy fiable. Y le puedo asegurar que tiene las mismas dificultades que cualquier centro de trabajo en el que se juntan muchas personas y muchas ideas distintas. A veces se magnifican las situaciones internas. La solución viene, después de buscar caucesde diálogo" aseguró Luzón, que no dudó en calificar el momento en el que se hace cargo del museo de "muy bonito", ya que el centro celebra su 175 aniversario. Luzón no quiso aventurar de momento planes con respecto a lo que será su actuación.
Carmen Alborch lamentó ante el patronato la dimisión de Francisco Calvo Serraller para presentar a continuación a Lozún. Alborch puso como ejemplo el trabajo desempeñado por Luzón al frente del Arqueológico, donde a lo largo de tres años realizó una eficaz gestión burocrática y administrativa. Alborch valoré positivamente estas características como las más adecuadas para pacificar el Prado.
Los conservadores Juan Luna y Matías Díaz Padrón aseguraron antes de conocer el nombre del director que les había sido ordenado guardar silencio ante los periodistas por orden del subsecretario de Cultura, Enrique Linde. Pese a la prohibición, el conservador jefe de pintura flamenca, Díaz Padrón aseguró que el Prado está totalmente paralizado. No existe ni investigación ni formación de especialistas. Es un centro cerrado, desligado del mundo de los museos".
Babelia
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