_
_
_
_

González advierte que sólo se irá "sin bajar la cabeza"

Aznar centra los ataques en Serra y los nacionalistas se distancian de la estrategia del PP

Felipe González sólo saldrá de La Moncloa "con honor y sin bajar la cabeza". Así lo aseguró ayer en el Congreso durante el debate sobre el caso Roldán y la corrupción. Ante la evidencia de que González continuará al frente del Gobierno pese a sus peticiones de dimisión, el Partido Popular e Izquierda Unida ampliaron sus objetivos y emplearon su artillería dialéctica también contra Narcís Serra, vicepresidente del Gobierno. González y el líder del Partido Popular, José María Aznar, se cruzaron contundentes descalificaciones. "Usted piensa en usted exclusivamente, no piensa en España", le espetó Aznar al jefe del Ejecutivo. Éste acusó al PP de buscar el poder "por un atajo", sin el veredicto de las urnas. Los nacionalistas vascos y catalanes reiteraron su apoyo a González y reprocharon a Aznar, en un tono más crítico aún que en el debate sobre el estado de la nación, los efectos "desestabilizadores" de su estrategia.

Más información
"En nuestra democracia no puede haber impunidad para la corrupción"
Aznar eleva su ataque a González y dice que permitió huir a Roldán
Roca advierte al Gobierno que le queda mucho para recobrar la credibilidad
Los nacionalistas vascos defienden la continuidad de González
Anguita se esfuerza en responsabilizar a Narcis Serra del 'caso Roldán'
Almunia reconoce los errores del PSOE y garantiza la lucha contra la corrupción en su estreno como portavoz
Atrapados en el hemiciclo

El líder de los conservadores insistió en su táctica, ya ensayada en el debate sobre el estado de la nación, de atacar directamente a Felipe González, elevando incluso el tono de dureza del anterior debate. Llegó a acusar a González de connivencia en la fuga del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán.Pero ayer, el vicepresidente Serra se convirtió en un objetivo fundamental de las críticas de Aznar, como lo fue también del líder de IU, Julio Anguita, por la corresponsabilidad del entonces ministro de Defensa en el nombramiento de Roldán. Como ya hizo hace cuatro años con el anterior vicepresidente, Alfonso Guerra, González le eximió de culpa y centró en Interior la responsabilidad real de la designación y mantenimiento de Roldán.

Anguita pidió a González que se fuera, pero recordó a Aznar que tiene la obligación de presentar una moción de censura para que conozca su alternativa gobierno.

Como ocurrió en el debate S bre el estado de la nación, se observaron dos atmósferas claramente diferenciadas. La tensión subió extraordinariamente durante la controversia entre González y Aznar, y tomó un tono mucho más sosegado cuando intervinieron los representantes de los demás grupos.

Es más, González se encontró con el alivio de que las formaciones nacionalistas, CiU y PNV, no sólo le apoyaron, sino que elevaron su tono crítico hacia el PP. "Hay estrategias que descansan en el cuanto peor, mejor". "Sus críticas tienen viejas reminiscencias de continuidad histórica", fueron algunas de las críticas que el portavoz de CiU, Miquel Roca, dirigió a Aznar.

Roca le pidió a González una mayor presencia parlamentaria, precisamente para restar expectación y dramatismo a sus intervenciones.

En su intervención inicial, González trató de poner en valor las decisiones del Gobierno para luchar contra la corrupción: nuevas medidas legales, las detenciones de Rubio y de De la Concha, así como las dimisiones por responsabilidad política de José Luis Corcuera, Carlos Solchaga y Antoni Asunción.

Sobre la fuga de Roldán, González dio a entender que el esfuerzo de las fuerzas de seguridad por detenerle dará resultado. Pero Aznar consideró falto de todo crédito lo expresado por González y fue probablemente más duro que nunca en sus ataques. Sin tapujos, acusó al presidente de connivencia en la fuga de Roldán: "Usted consideró, por razones que prefiero no imaginar, dejarlo suelto".

Las continuas alusiones de Aznar a la supuesta complicidad de González con la fuga dio pie a éste para replicarle que estaba incurriendo en permanente contradicción. Ya que el líder del PP se basó en las acusaciones formuladas por Roldán a través de los medios de comunicación, González resaltó que no se le puede acusar de connivencia y, al mismo tiempo, basar en las acusaciones del prófugo la estrategia política contra los socialistas.

Lo cierto es que el presidente del Gobierno no dijo nada nuevo respecto a la conferencia de prensa de la semana pasada y el mitin electoral del viernes en Sevilla. Enumeró las dimisiones, aunque citó muy de pasada la presunta irregularidad fiscal del ex ministro de Agricultura Vicente Albero, y se esforzó por desvelar la estrategia de los populares con algún juicio de intenciones incluido. "Su actuación tiene que ver con la búsqueda de atajos, por la impaciencia para llegar al poder no por el camino correcto de las urnas, sino por cualquier otro", dijo González, en respuesta al "váyase" ya característico de Aznar.

González está preparando el futuro discurso del 13 de junio, un día después de las elecciones europeas y andaluzas. "El 13 de junio habrá 159 diputados del PSOE y 141 del Partido Popular". Así quiso recordar que esas elecciones no son legislativas, ya que éstas se celebraron hace 11 meses y él obtuvo la confianza de los ciudadanos.

La presencia de HB fue otra de las notas destacadas del debate. Jon Idígoras aprovechó para solicitar la independencia del País Vasco. Durante su intervención, plagada de gestos, mostró un cartel que rezaba: "Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria".

El estreno del portavoz socialista, Joaquín Almunia, sustituto de Solchaga, cerró el debate de ayer. En un clima, ya muy aliviado para el Gobierno por el respaldo obtenido, una vez más, de los nacionalistas y el aislamiento de Aznar, Almunia agradeció los apoyos de Roca y Anasagasti. Fue el punto final de un debate que puso de manifiesto el límite de la estrategia política de Aznar contra la corrupción.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_