El Vaticano considera la pasión por el dinero fácil un atentado a la justicia

El Vaticano ha publicado un documento sobre la ética de la actividad financiera moderna en el que denuncia como un grave atentado a la justicia la obsesión por el dinero fácil y el provecho a corto plazo. El texto del Consejo Pontificio Iustitia et pax señala que el Estado debe velar por las finanzas "a largo plazo", frente a la "miopía" que supone el provecho inmediato. Al tiempo que recomienda que el mercado europeo se ponga al servicio de la "solidaridad", anima a los gobernantes a controlar que la legislación no prime las rentas del capital sobre las del trabajo.

El texto, titulado El moderno desarrollo de la actividad financiera a la luz de las exigencias éticas del cristianismo, vaticina que si la interdependencia creada por el mercado único de la Unión Europea, "no se pone al servicio de un fin superior -la búsqueda de un bien común mediante la solidaridad-, conduce al renacimiento agresivo de las tensiones nacionales". Entre otros asuntos el informe trata de la OPAS (oferta pública de adquisición de acciones), la reestructuración de empresas desde un criterio puramente financiero, la información privilegiada en Bolsa y la emigración de capitales.El recurso a técnicas como la OPA -"un ejemplo del paso del capitalismo oligárquico a un capitalismo democrático"-, incluso la hostil, es considerado por los responsables del Vaticano "incompatible con el respeto a las comunidades de trabajo que son las empresas".

El documento critica que las reglas del mercado establecidas en los países industrializados muchas veces son ignoradas, como cuando la "ilegitimidad social del provecho rápido y desproporcionado", se ve favorecida con el delito del "uso abusivo de informaciones privilegiadas, que hoy como ayer han amasado numerosas fortunas", ignorando la igualdad de acceso a la información que marca la ley.

Especulación

Los gobernantes "son los garantes en última instancia de la justicia en este sector", dice el texto vaticano, "haciendo que las finanzas no contribuyan a acrecentar la desigualdad de rentas y patrimonios, mediante legislaciones adaptadas en materia de OPAS, de especulación y de fiscalidad del ahorro, y de las actividades financieras, pues una discriminación en favor de las rentas de capital, en detrimento de las de trabajo, es difícilmente justificable".Los redactores del documento constatan que la especulación puede tener tres tipos de efectos perversos muy graves: el enriquecimiento a toda costa, la disolución de la finalidad de la economía y, finalmente, un efecto "anestesiante".

Este fenómeno sucede cuando las instancias encargadas de regular la actividad especulativa "se desentienden en la colaboración internacional que ponga al conjunto de las economías al abrigo de las sacudidas de una especulación exacerbada".

El texto emitido por el Consejo Pontificio del Vaticano concluye afirmando que "la preocupación por el desarrollo financiero a largo plazo debe animar a los gobiernos frente a la obsesión del breve plazo construído sobre una economía de endeudamiento".