La nueva policía palestina sigue sin poder entrar en Jericó
Por segundo día consecutivo esperaron en vano ayer los palestinos que se habían engalanado en Gaza y Jericó para dar la bienvenida a centenares de ex guerrilleros convertidos en policías, en lo que debía haber sido el amanecer de la autonomía en ambas regiones tras 27 años de ocupación militar israelí.Tras una serie de anuncios contradictorios, sólo un piquete de oficiales uniformados entraron en Gaza desde Egipto por el cruce fronterizo de Rafi. Más de 250 quedaron al otro lado de la frontera y nadie estaba en condiciones de dar una explicación del retraso. Menos afortunados aún fueron los 270 policías que debían haber cruzado el puente de Allenby, desde Jordania hasta Jericó. Las autoridades israelíes insistieron en hacer un inventario del equipo que traerán consigo, y el registro de cada una de las pistolas y de cada uno de los fusiles AK-47 de los que estarán dotados es un trámite que toma tiempo.
En Jericó había una mezcla de desencanto y resignación. "Ya hemos esperado tanto tiempo que uno o dos días más no importan", dijo un anciano que contemplaba cómo los soldados israelíes desmantelaban apresuradamente la estación de policía en la plaza principal de lo que algún día será la sede de la OLP y el hogar de su presidente, Yasir Arafat.
En Gaza, entretanto, dos mil jóvenes palestinos se enfrentaron con tropas del Ejército israelí, que abrieron fuego contra los manifestantes y hirieron a 10 de ellos. En el asentamiento de Neve Dekalim los colonos judíos se tomaron la justicia por su mano cuando fueron agredidos a pedradas. Un joven palestino de 16 años murió tiroteado, según fuentes hospitalarias.
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