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30 estudiantes, en huelga de hambre por un enfermo terminal de sida

El fiscal les promete anular la orden de busca y captura

La fachada, los pasillos y la capilla del Colegio Mayor Loyola están empapelados de carteles en los que se lee: "Libertad para Rafa". Treinta estudiantes de este colegio mayor, una monja y un capellán no comieron nada desde el pasado martes hasta ayer. Quieren lograr el indulto de Rafa, Rafael Arispe Berna, un enfermo terminal de sida que debe pasar cuatro años en la cárcel por un delito que cometió hace ocho. Ayer aceptaron comer algo ante la promesa de que mañana se anulará la orden de busca y captura en contra del condenado.

Los huelguistas se han alimentado durante cuatro días de agua y suero fisiológico. Pero ahora ya se encuentran mejor. Después de cuatro días en ayunas, han dejado la huelga al conseguir un informe positivo del fiscal -que les ha asegurado que apoyará mañana la anulación de la orden de busca y captura que pesa sobre Rafa- y que el Consejo de Ministros admita a trámite la petición de indulto."No sé que hubiera sido de mí sin el apoyo de estos chicos", manifestaba el jueves pasado Rafa. Los alumnos esperan que, con este gesto, los políticos "se den cuenta de que hay mucha gente que no está de acuerdo con estas situaciones", explica Rafael García, uno de los jóvenes en huelga de hambre, que tiene 22 años y estudia empresariales.

Rafael Arispe, que tiene 30 años, cometió todos los delitos cuando aún era toxicómano. Ahora ya está completamente rehabilitado y no quiere pasar los días que le quedan de vida en prisión. Su sueño es irse al campo: "allí podría despejarme, estar tranquilo y hacer una vida normal". Está pendiente de que el consejo de ministros le conceda el indulto y de que el tribunal le suspenda la condena.

Este enfermo de sida está en la última fase, la cuatro. Es la fase terminal en la que los seropositivos tienen una esperanza de vida de entre ocho meses y año medio. Los presos que se encuentran en esta fase pueden acogerse al artículo 60 del reglamento penitenciario para que se les conceda la libertad condicional, pero los trámites duran unos meses. "Muchos acaban saliendo cuando sólo les quedan unas semanas de vida", cuenta Julián Martín, el abogado del Rafael. "Estamos intentando que no le pase lo mismo a Rafa", añade.

Los estudiantes decidieron emprender la huelga de hambre cuando Julián Martín -que además de ser el abogado de Rafa desde hace cinco años es el subdirector de su colegio mayor-, les contó el caso. Ya han conseguido 8.000 firmas en apoyo de su causa. "Nos pareció tan injusto que tuviera que ir a la cárcel cuando sólo le queda un año de vida, que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados", cuenta Laureano González, otro de los huelguistas.

Entre estos jóvenes, que tienen entre 18 y 22 años, hay alumnos de Derecho, Farmacia, Psicología o de las ingenierías de Telecomunicaciones, Montes o Aeronaúticos. Piensan que por este tipo de cosas "sí que merece la pena comprometerse", como dice Rafael García. No les sorprende que la gente se extrañe de que sean tan solidarios: "porque se sabe muy poco de lo que hacemos y pensamos los universitarios y los estudiantes de los colegios mayores".

Al cabo de los años

En 1992, un juez perdonó a Rafael Arispe una pena de dos años de cárcel. Le habían condenado por desvalijar la casa de un diputado del PSOE, Alejandro Cercas, en 1988. Pero hoy todavía pesa sobre él una condena de cinco años de prisión por cometer un delito similar en 1986, aún no ha cumplido esta pena porque su abogado pidió la anulación de la sentencia al Tribunal Supremo y dos indultos al Ministerio de Justicia, gestiones que han resultado infructuosas.El juez firmó la orden de busca y captura el pasado día 22 de abril. Desde entonces, Rafael permanece escondido. Ante las expectativas actuales, quizá pueda salir mañana a la calle. "Si no le dejan en libertad, volveremos a hacer huelga de hambre", asegura con firmeza Laureano, otro de los estudiantes al subrayar que, en ese caso, habrá más movilizaciones.

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