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SANIDAD: ARMAS QUÍMICAS

EE UU investiga un extraño mal que afecta a la tropa de la guerra del Golfo

Antonio Caño

Las autoridades sanitarias norteamericanas están investigando la posible existencia de un síndrome de la guerra del Golfo, una extraña enfermedad que parece estar afectando a parte de los soldados que participaron en aquel conflicto de 1991, en el que se emplearon las más modernas armas, pero en el que no se sabe que hubiera sido utilizado armamento químico. Entre la tropa británica también se han denunciado casos.

El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos (INH, en sus siglas en inglés) informó ayer que, aunque hasta el momento no se han descubierto pruebas científicas suficientes como para hablar de una enfermedad específica desarrollada en el desierto kuwaití, está investigando la razón de que varios de los que participaron en aquella guerra "hayan perdido calidad de vida y expectativas de futuro". EL INH no ha constituido un grupo especial de investigación con presupuesto oficial, pero ha recomendado a los hospitales y centros médicos que destinen unidades especiales para tratar de aislar los casos relacionados con este extraño mal.Las asociaciones de veteranos de guerra llevan meses denunciando que un número creciente de los 600.000 soldados que tomaron parte en aquella operación han desarrollado síntomas que los médicos no consiguen relacionar con ninguna enfermedad conocida.

Según estas asociaciones, también entre las tropas británicas que intervinieron en la guerra se han detectado medio centenar de casos similares a los de Estados Unidos.

Enfermedad tropical

Los investigadores particulares que han trabajado para los veteranos de guerra consideran que los síntomas que presentan los combatientes de la operación Tormenta del Desierto se pueden asimilar a los que se producen por la exposición a determinados químicos, como gasolina o pintura. Desde fuertes picores, similares a los que se producen por reacciones alérgicas hasta bruscos adelgazamientos. En general, los afectados presentan un cuadro semejante a los producidos por enfermedades tropicales y estrés emocional.Fuera de esos misteriosos síntomas poco más se sabe hasta el momento. La primera sospecha es la de que los iraquíes hicieran uso, como amenazaron antes del conflicto, de algún arma química de la que Estados Unidos no hubiera informado para no hacer cundir el pánico, o simplemente que no hubiera sido detectada por la coalición internacional que intervino en la guerra.

Otra posibilidad, que no se descarta, es la de que las propias armas norteamericanas, algunas de las cuales se utilizaron por primera vez en escenario real en el Golfo, hayan producido efectos sobre la salud que no estaban calculados.

Lo cierto es que varios cientos de soldados se han quejado de que su salud se ha visto misteriosamente quebrantada desde que volvieron de la guerra. Expertos del Pentágono no descartan que pueda ser una mera reacción psicológica a la tensión que esos hombres vivieron en los días del combate.

En la guerra del Golfo hubo 148 muertos estadounidenses en combate y 226 en total incluidos los accidentados.

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