Un acelerador construido especialmente para este fin
"Este descubrimiento es una extraordinaria confirmación de lo bien que funciona el Modelo Estándar, y sólo podía hacerse en el Tevatron, que es la instalación de más alta energía del mundo", dice desde Ginebra Lorenzó Foá, nuevo director de investigación del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN). El LEP, el gran acelerador del CERN, con sus 27 kilómetros de circunferencia, permite resultados mucho más precisos que Tevatron, pero no genera suficiente energia para el top. "Pero con el LEP hemos hecho experimentos que indicaban no sólo que no podía haber más de tres familias de quarks, sino qué masa tendría el top", señala Foá.Los científicos del CDF. han medido ahora esa masa en 174 GeV (una medida de energía que indica la masa de las partículas elementales) y dicen que el sexto quark es una partícula casi tan pesada como el átomo de oro, aunque en realidad su masa es casi idéntica a dos elementos menos radiantes: el lutecio y el iterbio, con peso atómico 175 y 173, respectivamente, mientras que el del oro es 197.
"Durante el periodo experimental 1992-1993, en el Tevatron se produjo un billón de colisiones de partículas en el gran detector CDF, de las cuales 16 millones fueron grabadas y analizadas a fondo", han explicado los responsables del experimento. Entre esos 16 millones de colisiones han sido hallados los 12 quarks top ayer presentados.
Doce metros
El CDF es un detector de casi 12 metros de ancho por 12 de alto y 30 de longitud, situado en torno a uno de los puntos en que chocan los protones y antiprotones que circulan por el Tevatron casi a la velocidad de la luz. Capas diferentes de dispositivos electrónicos de detección registran los productos de los choques de las partículas y transmiten los datos a los ordenadores.
En realidad no aparecen los quarks top en la pantalla, porque se desintegran inmediatamente en otras muchas partículas, sino que los físicos deducen su presencia al reconstruir los productos de esas desintegraciones.
Los detectores son unas máquinas tecnológicamente muy avanzadas. "El sistema registra los datos (casi un millón de bits de información o el equivalente a la información que hay en un libro de 100 páginas) por cada colisión de partículas", explica Leon Lederman, premio Nobel de Física y antiguo director del Fermilab. "El sistema de recogida de datos decide inmediatamente si la colisión es interesante. y la almacena o no, y está preparado para la siguiente, una millonésima de segundo más tarde".
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