Españoles desencantados
"Haga su sueño realidad; olvídese del agobio del trabajo, de los impuestos y la crisis. Venda sus posesiones e instálese en Costa Rica". Este podría ser, brevemente, el reclamo de Caribe Business Club, que un emprendedor consultor de empresas, Fernando Figueras, ha montado en Madrid hace dos meses. "Ya hemos recibido 2.000 llamadas de 2.000 desencantados de la vida", dice Figueras.Sus clientes tienen entre 40 y 50 años y provienen del norte (Cataluña, Navarra, País Vasco). Tienen dinero y los negocios o la profesión no les van mal. Pero están hartos de "trabajar como burros" a cambio de estrés y angustia.
"La angustia es lo que mueve a algunos pacientes a venir a la consulta", dice la psicoanalista Carmen García Mayo. "Eso no quiere decir que el trabajo sea sólo la causa. Yo diría que el trabajo, aunque sea exitoso, no ayuda a superar el malestar; más bien es un obstáculo". Para García Mayo, el proceso de una generación de españoles sigue las mismas directrices: "Algunos hicieron primero la revolución, luego se beneficiaron del monetarismo y ahora, desencantados, o se pegan un tiro o cambian de trabajo".
Carmen Frías, 51 años, decidió cambiar de trabajo hace tres. En aquel momento era subirectora general del Ministerio de Asuntos Sociales. Pidió la excedencia y montó un pequeño hotel en Cerezo de Arriba, un pueblo segoviano de 150 habitantes. "Yo no tenía tiempo para nada. Salía de trabajar a las diez de la noche y creí que no podía quedarme más tiempo cumpliendo trienios". Su hotel ya funciona con buenas perspectivas. "No estaba desencantada de mi trabajo, sino del tipo de vida que llevaba. Ahora, mi trabajo no me satisface, pero vivo tranquila, estoy escribiendo una novela y me siento libre".
No es fácil encontrar a muchos como Carmen Frías. "Mi aventura es relativa porque soy funcionaria en excedencia. Muchos me dicen que quieren hacer lo mismo, pero no conozco a nadie que se haya lanzado".
