Los Hércules llegan a Ruanda para evacuar españoles

A punta de cañón obligaron ayer los cascos azules belgas a las tropas gubernamentales ruandesas a que despejaran el perímetro del aeropuerto y comenzaron a retirarse sin esperar las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU. Los dos aviones Hércules enviados por el Gobierno de Madrid llegaron ayer a Ruanda cuando ya prácticamente no quedan españoles para evacuar en este país. Pese a los combates que se registraron en la capital ruandesa, los aparatos iban a proceder a recoger a 36 españoles que aguardan todavía su evacuación. Una docena de religiosos españoles se ha negado a salir.

Mientras el caos más absoluto se adueña de Ruanda y las matanzas siguen, Bélgica e Italia retiraron ayer a sus cascos azules y Bruselas pidió incluso a la ONU que concluya la misión de paz ante la "brutal ruptura de cualquier negociación".El primer Hércules que pudo aterrizar en Kigali trasladó a Nairobi, la capital de Kenia, a 34 legionarios belgas, cuatro religiosas y un periodista, según informaron fuentes del Ministerio español de Defensa. "Existe ya un mínimo de calma y de seguridad en el aeropuerto de Kigali para reanudar el puente aéreo" ' señaló ayer a este diario Jesús Atienza, director de la Oficina de Información Diplomática (OID). Los dos Hércules españoles, que habían partido de su base en Zaragoza, permanecieron el jueves bloqueados en Nairobi ante la intensificación de combates en torno al aeródromo de Kigali.

El portavoz de la OID indicó ayer que alrededor de una docena de religiosos españoles han preferido permanecer en Ruanda y no han atendido los requerimientos de los cascos azules belgas, que han peinado el territorio en los últimos días, para abandonar el país. Un número indeterminado de residentes españoles, que podría situarse en torno a las 10 personas, están ilocalizables.

Utimátum a los extranjeros

"Las propias casas religiosas", comentó Atienza, "tienen a veces muchas dificultades para encontrar a sus misioneros". El portavoz de la OID destacó que se trata del conflicto más grave en África central en los últimos años, ya que ha obligado a evacuar a la inmensa mayoría de residentes occidentales.

Todas las tropas de cascos azules de Bélgica, la antigua potencia colonial, abandonaron al mediodía de ayer Ruanda tras conseguir que las facciones en guerra otorgaran un nuevo ultimátum de 24 horas para la evacuación de extranjeros. El plazo otorgado por las fuerzas gubernamentales, de la etnia hutu, y las milicias del Frente Patriótico de Ruanda, de los tutsis, concluyó ayer.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español instó ayer a la colonia española en Burundi, el país vecino de Ruanda, a abandonar el país. Algunos españoles residentes en Burundi ya han salido del país y ayer tan sólo quedaban 26. España sigue así el ejemplo de otros países occidentales que ya han formulado tal consejo. La recomendación fue hecha directamente por el embajador de España en Tanzania, José María Sanz Pastor, que se desplazó a Bujumbura, la capital de Burundi.

Paralelamente, la Dirección General de Asuntos Consulares mantuvo contactos telefónicos con las congregaciones religiosas y las organizaciones no gubernamentales que cuentan con personal en Burundi para pedirles que les convenzan de que regresen.

Una delegación del tutsi Frente Patriótico Ruandés y otra de oficiales gubernamentales hutus se reunieron ayer en Kigali bajo los auspicios de la ONU para iniciar negociaciones.