Las mujeres argelinas
Apoyo el editorial del 31 de marzo contra los dos cerrilismos extremos de Argelia y, después de los valientes artículos de Juan Goytisolo, veo el futuro muy negro para el entendimiento, incluso idiomático, si tengo en cuenta el anquilosamiento del árabe clásico y la ausencia de una revolución literaria que haga utilizable para la cultura general el árabe popular. La única esperanza, como parece ver Tahar Ben Jelloum, está en las mujeres, pues éstas se encuentran ahora a punto del toque de queda femenino, porque no van a saber cómo vestirse para no ser asesinadas. Los hombres visten a la europea por hábito o por camuflaje, ellas tendrán que cambiar de camuflaje en cada barrio, así que los hombres pronto habrán logrado encerrarlas en casa si no se rebelan. Pero los problemas de la democracia se arreglan con más, con verdadera democracia, es decir, feminización de la democracia. Por eso veo clara la relación entre la solución futura de los problemas de las sociedades actuales y la absoluta participación paritaria de las mujeres en las decisiones y acciones que afectan a la gente, como dijo estupendamente Marina Subirats el 1 de abril y no parece haber entendido la profesora de enseñanza media Ana Gómez, de Santander (que, por cierto, tiene un trabajo donde, como es por oposición, son el 65% mujeres y, por eso, la sociedad masculina está rebajando el respeto y el sueldo que esa profesión merece). Quizá esa guerra civil de terroristas y otras tantas históricas que se parecen a las luchas por el territorio de los machos sobrantes en los documentales sobre animales no se habrían producido si las mujeres pudieran controlar su fecundidad y hacer huelga del cuidado de los hombres púberes para la guerra.Pero esa consciencia no la pueden tener las niñas en la enseñanza oficial; hace cinco años, un cargo público argelino me reconoció en la Sociedad de Amistad Hispanoárabe que no tenían obligación de ir a las escuelas a partir de los 12 años, discriminadas de sus hermanos. Y el núedo a la muerte de la democracia por el FIS se quitaría. si pensaran que, con el doble número de inteligencias legisladoras, pueden unas buenas leyes, y un boicoteo a la compra del gas argelino, asegurar el timón de la democracia para que no naufrague-
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