El Ejército argelino aborta una reunión de dirigentes del GIA

Las fuerzas de seguridad argelinas han abortado una reunión en la que debían participar al menos 45 emires o dirigentes del Grupo Islámico de Salvación, la organización integrista radical responsable de la mayoría de los atentados cometidos durante los últimos cinco meses en Argelia. La operación se saldó, supuestamente, con numerosas víctimas, entre ellos diversos dirigentes de los grupos autónomos del GIA, según fuentes oficiosas. La operación policial que se inició hace una semana tiene como epicentro los alrededores de la ciudad de Dellys, un pequeño puerto vacacional situado en la región de la Gran Kabilia, a poco menos de 100 kilómetros al este de Argel. En la misma participan fuerzas combinadas del Ejército, gendarmería, policía, helicópteros e incluso patrulleras de la Marina.

El dispositivo tenía como objetivo primordial sorprender a un grupo de al menos 45 dirigentes autónomos del Grupo Islámico de Salvación cuando trataban de celebrar una reunión en el interior de un túnel, situado en un paraje montañoso. Los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los aparatos de seguridad de los grupos radicales integristas, que vigilaban la reunión, duraron, al parecer, varias horas.

Según informaciones publicadas por el periódico local Liberté, y no confirmadas oficialmente, las fuerzas de seguridad continúan aún con la operación y mantienen cercada la región en un intento de localizar a algunos de los emires y militantes del GIA que lograron escapar de la redada. Según las citadas fuentes, entre los reunidos se encontraban asimismo diversos emires evadidos el pasado mes de febrero de la prisión de Tazult, en la ciudad de Lambese.

La acción desarrollada en Dellys forma parte, al parecer, de una gran operación dirigida por el jefe del Estado Mayor y máximo responsable de la lucha antiintegrista, el general Mohamed Lamari, que pretende pacificar zonas cercanas a la capital, en la que los integristas radicales se han venido mostrando muy activos.

La vertiente judicial de la lucha contra los integristas también sigue abierta. El Tribunal especial de Orán dictó ayer otra condena de muerte contra el asesino de un policía de tráfico.