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La Unión Europea y Estados Unidos abren sus mercados de contratos públicos

Victoria Carvajal

ENVIADA ESPECIAL La Unión Europea y Estados Unidos han aprovechado la firma estos días en Marraquech de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) para alcanzar un acuerdo bilateral que abre las puertas a intercambios comerciales por valor de 200.000 millones de dólares (unos 27,6 billones de pesetas). Estados Unidos y la UE acordaron ayer desbloquear el acceso a los mercados de sus contratos públicos. Esto significa, por ejemplo, que una constructora neoyorquina podrá resultar adjudicataria de una obra pública en Andalucía o que una empresa belga sería la encargada de proveer de material sanitario a hospitales de Chicago.

Este inesperado pacto abre las puertas a unas adjudicaciones potenciales de contratos públicos por valor de 200.000 millones de dólares (100.000 millones a cada lado del Atlántico). "El acuerdo ha sido equilibrado", señalaron ayer sonrientes Leon Brittan, comisario europeo, y Mickey Kantor, representante de Comercio de EE UU, tras la reunión que mantuvieron ayer en Marraquech para hacer efectiva esta apertura comercial.Gracias a este acuerdo, las compañías europeas podrán concursar, en igualdad de condiciones, en las adjudicaciones de contratos públicos de 39 de los 50 Estados de EE UU, entre los que se incluyen los cuatro importantes (California, Texas, Florida, Nueva York y Illinois), así como en siete de las grandes ciudades, entre las que se encuentran Chicago, Boston, y Detroit.

Al igual que Europa no ha podido tener acceso a todos los Estados, EE UU no podrá competir con las compañías europeas en los contratos de telecomunicaciones, pues éste es un sector en pleno proceso de liberalización bajo el dictado de la Unión Europea. Con todo, Kantor calificó ayer el pacto bilateral de "buen acuerdo, porque con él Estados Unidos ha conseguido abrir los mercados protegidos europeos". Además, destacó el representante estadounidense, se ha logrado "un equilibrio justo en términos monetarios", ya que los 200.000 dólares de apertura se reparten exactamente en 100.000 de cada lado.

Para facilitar la firma de este acuerdo, la Comisión Europea y la administración norteamericana encargaron estudiar el impacto de la apertura de este sector a una organización independiente, con el objetivo de alcanzar un reparto lo más ecuanime posible. Delegados y técnicos de ambas partes han mantenido intensas negociaciones durante la última semana en Bruselas con la intención de sellar el acuerdo durante estos días en Marraquech; con el eco que permite la firma -tras siete años de negociaciones- de la Ronda Uruguay del GATT, el mayor desarme arancelario de la Historia, que se espera aumente la renta mundial en 270.000 millones de dólares al año a partir del 2002.

El acuerdo bilateral sellado ayer, además, permitirá que se reduzca en algunos grados la tensión que está acompañando la constitución de la nueva Organización Mundial del Comercio (OMC), organismo que regulará el comercio mundial a partir de 1995, y que sustituye al GATT. La OMC tendrá el mismo status jurídico que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La tensión proviene de las diferencias entre países ricos y pobres sobre la necesidad de relacionar el comercio con unos derechos mínimos de los trabajadores. Los representantes de varios países en vías de desarrollo expresaron ayer su rechazo frontal a esta propuesta. Llamaron la atención sobre la ironía de que una vez que los países en vías de desarrollo han aceptado la lógica de la competitividad en función de las ventajas comparativas -en su caso, los bajos costes salariales y la inexistente protección social-, los países industrializados quieran ahora modificar las reglas del juego.

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