Esfuerzos inútiles
No creo que esta obra vaya a sacar al teatro de su abulia, ni siquiera momentáneamente. Ni un rato. Me interesa mucho la perspicacia y el interés que han mostrado la Junta de Extremadura y el Ministerio de Cultura para elegirla y sacarla adelante, el Ayuntamiento de Madrid por programarla y Manuel Canseco por digirirla: no lo comprendo bien. A menos que sea por un movimiento de solidaridad; o por desesperación de no tener otra cosa. Pero es mejor el silencio. Puede haber algunas personas que vayan a verla descuidadamente y se crean que el teatro es así: y no vuelvan. La obra es obscena, macabra y, sin embargo, cursi. Ninguna de estas características se muestra con la fuerza suficiente como para romper su carácter bajo; ni su mezcla funciona. La idea de que los muertos salgan de sus tumbas es frecuente en el teatro y en el cine; per o no me imagino que, con el esfuerzo que les debe costar esa acción, empleen ese tiempo para decir vulgaridades o para continuar entre sí sus conversaciones de borrachos. El cuentecito que parece ser central es el del muchacho que amó a una señorita, la cual está enterrada allí; se encuentran de muertos, se desnudan rápidamente y rápidamente también desaparecen en una fosa; para remediar sus necesidades, como se dice en la obra de estos actos de amor.
Títeres de la luna
De Jorge Márquez. Intérpretes: José Salvador, Vicky Lagos, José V. Moirón, Luis Varela, Valeriano Andrés, Elisenda Ribas, Rocío Valero. Dirección: Manuel Canseco. Centro Cultural de la Villa, 5 de abril.
Lo más aceptable que recibe el público es la interpretación de los viejos actores, y de, alguno más nuevo, dentro de lo que el texto permite y de lo poco que puede hacer con él un director.
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