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Dos tumbas de los visigodos, destrozadas por unos vándalos

Vicente G. Olaya

Los visigodos llegaron a Carabaña en el siglo VII; los vándalos, este fin de semana. Dos de las más de 200 tumbas excavadas hace un año en la necrópolis visigoda de esta población de 1.100 habitantes -y mantenidas en secreto hasta la pasada semana- fueron destrozadas el pasado sábado por un grupo de saqueadores provistos de detectores de metales y picos. La Policía Municipal logró identificar a una de las personas que merodeaban por el lugar mientras otros dos individuos, que consiguieron huir, removían con picos las tierras de la necrópolis. Esta persona tiene 32 años y es vecina de Madrid. Miembros de la Brigada Central de la Policía Judicial se han desplazado a Carabaña para comenzar las investigaciones. La Guardia Civil ha reforzado el dispositivo de seguridad que rodea este yacimiento visigodo, considerado en extensión el primero de la Comunidad de Madrid. La noticia sobre las excavaciones fue revelada por El País Madrid el pasado miércoles. La única vigilancia que había desde entonces se limitaba a un coche de la Policía Municipal, con ocasionales visitas de la Guardia Civil. Pero ahora en Carabaña ya están en alerta máxima.Este fin de semana, cerca de 300 personas intentaron acercarse al importante yacimiento visigodo. Entre ellas, el grupo de desaprensivos que ha causado graves desperfectos en dos de las tumbas. Los asaltantes, que forzaron la verja metálica que rodea la necrópolis, portaban para cometer sus fechorías potentes detectores de metales, piquetas y palas.

Los pies de uno de los esqueletos visigodos, perfectamente conservados durante nueve siglos, fueron convertidos en una amalgama informe de huesos. "Las costillas fueron arrancadas y uno de los fémures fracturado salvajemente", relata el alcalde en funciones de Carabaña, José Pérez, de Izquierda Unida. Otro de los restos afectados, una tumba cubierta con un ramo de flores petrificado, fue deteriorada con un pico. Según Pérez, "los arqueólogos afirman que era la primera vez que se descubría una ofrenda floral en una tumba visigoda. Ha sido una auténtica salvajada".

El sábado, en una ronda de la Policía Municipal se retuvo a una persona junto a la verja que protege la necrópolis visigoda.

"Le cogimos con un detector de metales en la mano. No supo dar una explicación coherente a su presencia en esta parte del pueblo", recuerda el inspector municipal Luis Cercano, La persona retenida no fue llevada a disposición judicial, al haber sido encontrada fuera del perímetro del yacimiento.

Fuentes de la Guardia Civil confirman que "la persona identificada por la Policía Municipal será denunciada e investigada con mucho detenimiento". Desde esta institución no se descarta que pueda tratarse una red organizada de expoliadores de objetos antiguos. La persona identificada por la policía local iba acompañada de otros dos buscadores de tesoros, aunque éstos se encontraban dentro del recinto vallado. "Cuando nos vieron que parábamos a su compinche, saltaron de nuevo la verja y se marcharon corriendo monte a través. Se tiraron por un barranco y cayeron muy cerca del coche que tenían aparcado en un camino cercano. Arrancaron a gran velocidad. No pudimos detenerles", recuerda el agente municipal Luis Cercano.

Las personas buscadas llevaban detectores de metales para intentar encontrar algún objeto funerario metálico. Los expoliadores, además de causar graves daños a dos de las tumbas, revolvieron los utensilios que amontonan los arqueólogos en la finca y excavaron con palas y piquetas en varios puntos del terreno. En algunos lugares llegaron a cavar hasta casi medio metro.

300 curiosos

Pero estos intrusos no han sido los únicos que han visitado el lugar. Según el alcalde en funciones, José Pérez, "hemos contabilizado unas 300 personas en esta zona desde el viernes pasado. Antes no venía nadie por estos parajes. Muchos son simplemente curiosos, pero otros pueden ser buscadores de objetos antiguos".

El domingo por la noche, la Policía Municipal invitó a abandonar la finca a un grupo de cinco personas, que portando linternas, se acercaba sigilosamente a la necrópolis.

Tras el saqueo de este fin de semana, se ha aumentado notablemente la vigilancia con la presencia de nuevas dotaciones de la Guardia Civil. Se espera, incluso, que en los próximos días se le sumen nuevos efectivos del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

Ayer mismo miembros del grupo de Patrimonio de la Brigada Central de la Policía Judicial se desplazaron especialmente desde Andalucía a Carabaña para comenzar las investigaciones.

En noviembre pasado, al extenderse los primeros rumores del hallazgo de la gran necrópolis visigoda en Carabaña, ya se constató el robo de algunas de las piezas encontradas.

Se llevaron a cabo por estos robos dos detenciones en las cercanas poblaciones de Morata de Tajuña y Villarejo de Salvanés. El fiscal pide seis años y medio de prisión para cada uno de los detenidos y una cuantiosa multa.

Un futuro museo del pasado

Los visigodos, o godos del Oeste, constituyeron, junto con los ostrogodos, el complejo étnico de los godos.Según la enciclopedia Larousse, el grupo de los visigodos está considerado uno de los pueblos bárbaros más civilizados del norte de Europa. Destruido el reino de los ostrogodos por los hunos, los visigodos tuvieron que replegarse hacia al Danubio.

Desde entonces, conducidos por Alarico, iniciaron la destrucción del imperio romano mediante invasiones consecutivas a todas las regiones que rodeaban Roma.

Sin embargo, Ataúlfo tuvo que retroceder a la Galia en el siglo V. En esta región, los visigodos llegaron a formar un potente estado. Con Eurico, a mediados del siglo V, llega a ser el más poderoso de Europa. Sin embargo, el acoso de las legiones romanas les obligó a cruzar los Pirineos. A finales de este siglo, los visigodos perdieron Galia y se refugiaron principalmente en España.

El fundador de la monarquía visigoda en España fue Leovigildo, que tuvo que luchar contra vascones y suevos para imponer su dominio.

Recaredo abandonó la fe de Arriano y se convirtió al catolicismo. Comenzó la romanización de los visigodos, que abandonaron su lengua por el latín.

En el año 711 fueron derrotados por los musulmanes en la batalla de Guadalete. Los hispanorromanos, superiores en número y cultura, les absorbieron. Su influencia cultural quedó reducida al aporte de algunas palabras y al de sus constumbres jurídicas.

Según el alcalde en funciones de Carabaña, José Pérez, "cuando acaben las excavaciones, queremos crear un museo", dice. "Servirá como atracción turística y como medio para conocer nuestro pasado. Espero que nadie, con actuaciones vandálicas, nos lo impida".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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