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La Generalitat crea un mercado secundario para colocar su deuda pública al margen del Tesoro

La Generalitat de Cataluña ultima un mecanismo para vender a inversores privados más de 200.000 millones de pesetas de activos de su deuda pública. La Administración autonómica competirá con Hacienda creando un mercado secundario de deuda que bancos y cajas adquirirán a través de la Bolsa y recolocarán entre los particulares. El Ejecutivo catalán tiene previsto que en este mercado se opere a través de la Bolsa de Barcelona y al margen de la Central de Anotaciones del Banco de España, que canaliza el mercado español de la deuda emitida por el Tesoro del Estado.

El Ejecutivo catalán fuerza la inacabada bóveda de las relaciones Estado-Generalitat aplicando el artículo 47 del Estatuto de Autonomía para crear un mercado que tiene vocación de captar gran parte del ahorro familiar a través de los títulos emitidos por la Administración autonómica. La Generalitat pretende que los inversores, sean particulares o sociedades, y que puedan adquirir estos títulos de deuda a las entidades depositarias, es decir, bancos y cajas. Las entidades podrán intermediar en estos activos financieros utilizando el sistema de anotaciones en cuenta y creando un mercado similar al de los repos de deuda pública del Estado, cuyas transacciones no están sujetas a retención, como establece el real decreto 505 / 89. En este mercado las entidades actúan como depositarios de los títulos que los particulares adquieren con un pacto de recompra a fecha fijada. Los ingresos que obtienen los particulares de la venta de los títulos -es decir, cuando se los recompran las entidades- no están sujetos a la retencion fiscal del 25% que tiene cualquier depósito a plazo. La deuda de la Generalitat -obligaciones a 10 años- puede competir con otros activos de renta fija (bonos y obligaciones) y "aportar a las carteras ventajas fiscales y financieras similares a las de los activos del Tesoro", según los expertos de la Bolsa de Barcelona a quienes el departamento de Economía de la Generalitat ha encargado el diseño de la operación. Las obligaciones del Gobierno catalán tienen una rentabilidad media del 9%, frente a la rentabilidad algo menor de las emisiones del Estado. Este nuevo mercado secundario entra en competencia directa con los activos cuyas ventas no están sujetas a retención, como las letras del Tesoro, las participaciones en los fondos de inversión o las primas de seguro de vida sujetas a rescate por los suscriptores antes del vencimiento. Estos casos, como la deuda que quiere comercializar la Generalitat, tienen el tratamiento fiscal de incrementos de patrimonio, y no de rendimientos del capital mobiliario.

La idea de poner en marcha el segundo mercado de deuda de la Generalitat, sin incluirla en el mercado que generan el Tesoro del Estado y los particulares a través de las entidades, forma parte de una negociación global con la que el Ejecutivo catalán trata de obtener mayor cuota en los órganos de gobierno de las empresas públicas y en otros ámbitos de decisión, como el consejo del Banco de España a partir de su reforma estatutaria.

Emisiones nuevas

Inicialmente, la Generalitat quiere colocar en el mercado secundario sólo una parte -alrededor de 200.000 millones de pesetas- del saldo vivo de su deuda pública. Con ello abre una vía para colocar a particulares emisiones nuevas "en tanto que operaciones de tesorería de carácter extrapresupuestario para la obtención de ingresos ordinarios", señalan los expertos de la Bolsa de Barcelona que han diseñado el proyecto por encargo del consejero de Economía, Maciá Alavedra. "El dispositivo legal legitimador de este mercado secundario se basa en el artículo 10 del Estatuto de Autonomía", explicaron estos expertos. El citado artículo dice: "Corresponde al Gobierno autonómico el desarrollo legislativo y la ejecución de la ordenación del crédito, banca y seguros".

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