Croissier plantea que se pidan responsabilidades por la vía civil a los antiguos responsables del banco

El presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNMV), Luis Carlos Croissier, declinó ayer cualquier responsabilidad respecto al folleto informativo elaborado por Banesto para captar fondos con motivo de la ampliación de capital. El folleto, presentado en junio de 1993 a la CNMV para su verificación y registro, no reflejaba el deterioro real de Banesto, que provocó la intervención del Banco de España el pasado 28 de diciembre. La CNMV no puede convertirse en una macroauditor, según Croissier, quien planteó que es a los exgestores de Banesto a quien se les debe pedir responsabilidades en los Tribunales por la vía civil si se considera que ocultaron datos significativos en el folleto en cuestión.Con todo, la CNMV considera que dicha información "mostraba claramente el carácter arriesgado de la emisión", según se puede leer en su Informe Anual 1993, presentado ayer. En la conferencia de prensa posterior, Croissier consideró que las dificultades de Banesto estaban tan bien detalladas que sólo la participación del prestigioso banco de negocios estadounidense J. P. Morgan hizo posible la operación. "Sin el aval del prestigio de Morgan jamás se hubiese podido colocar la ampliación".

El presidente de la CNMV anunció, en la misma intervención ante la prensa, la creación de un Fondo de Garantía para el mercado de valores.

Directiva comunitaria

Este organismo, cuyo objetivo será garantizar a los clientes del mercado de valores de modo similar a como lo hace el Fondo de Garantía de Depósito (FGD) con los usuarios de bancos, nacerá como consecuencia de una directiva comunitaria que entrará en vigor en 1996. En junio de 1995, como muy tarde, los Estados miembros de la Unión Europea tendrán que haber traspuesto la norma.El actual proyecto de ley bancaria, a punto de ser aprobado por el Congreso, permitirá sancionar más duramente a los administradores de una sociedad que haya violado la ley del mercado de valores, dijo Croissier. En la actualidad, la sanción máxima a un directivo es de cinco millones de pesetas, mientras que es la propia empresa quien afronta las multas más graves.

En todo 1993; la CNMV impuso sanciones por un total de 1.500 millones de pesetas, mientras que en lo que va de año, las multas ascienden ya a 4.200 millones, "fundamentalmente por expedientes del año pasado", explicó Croissier.