Un frac, una bandera, incentivos...
El destino de los fondos reservados es secreto, como dice la ley. Pero Julio Feo, ex secretario general de la Presidencia de Gobierno en la primera etapa de gobierno de Felipe González, alardea de su uso en varias ocasiones a el libro Aquellos años, publicado el año pasado.En una de ellas (página 464) relata que a finales de 1986 había logrado motivar a la mayor parte de los funcionarios con mejoras de sus condiciones de trabajo y de los niveles funcionariales. "También, por qué no decirlo, fueron un incentivo las mejoras económicas a los funcionarios, recurriendo a los fondos reservados en algún caso".
La primera referencia a estos fondos aparece en la página 232 cuando, en un recorrido por las instalaciones de La Moncloa, observa Feo que las banderas de la Guardia Civil enarbolan el águila de la dictadura. Requerido el capitán sobre este hecho, achaca la ausencia de banderas constitucionales a la falta de presupuesto para adquirirlas. "Quedamos en que comprara dos con el escudo constitucional y que yo me haría cargo del gasto. Fue uno de mis primeros gastos de los fondos reservados, ¡y con qué gusto lo hice!", recuerda Julio Feo.
Personalmente, asegura haberse aprovechado de estos fondos sólo en una ocasión. Dice Feo que el jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campos, le conminaba a que frecuentara su presencia en actos sociales, como si se tratara de actos de servicio. "Las razones fueron totalmente convincentes y, puesto que estaba anunciada a finales de mes la visita del rey de Noruega, me encargué en Yusty el primer frac de mi vida. Por cierto que lo pagué con dinero de los fondos reservados".
Las penurias de Miguel Boyer al poco de separarse de su primera esposa, Elena Amedo, vienen también a colación en este tema. Boyer se había refugiado en una vivienda habilitada en el último piso del Ministerio de Economía y Hacienda, en la calle de Alcalá de Madrid, y se sentía incómodo. Pero no podía hacer otra cosa, pues "en aquel momento su economía no le permitía pagarse un alquiler". A su amigo y compañero de colegio Julio Feo, el piso le parecía "realmente opresivo", de manera que se propuso hablar del tema "con el presidente del Gobierno y que me autorizase a darle dinero de los fondos reservados, para que se alquilara un piso. Se negó en redondo".
A Julio Feo se le acabó oficialmente el acceso a estos fondos en 1985, cuando el ministro de la Presidencia, Javier Moscoso, los eliminó de los presupuestos de su departamento. Feo reprocha la medida y se burla de ella: "Craso error, pues siguió habiendo dinero de fondos reservados. Los importamos de uno de los ministerios que sí los tenía y en paz".
"La decisión de Moscoso me evitaba la pregunta de los 100.000 dólares que cada año me hacía Alianza Popular en la discusión del presupuesto; siempre le respondía que, por su propia naturaleza de reservados, no tenía por qué darle esa información".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.