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El presidente de Puleva dimite mientras la firma intenta evitar la suspensión de pagos

El presidente de Puleva, Rafael Pérez Pire, y otros seis miembros del consejo de administración de la empresa presentaron ayer la dimisión de sus cargos ante la delicada situación de la compañía láctea, que tiene unas deudas superiores a los 27.000 millones de pesetas. El nuevo equipo gestor, que ha delegado poderes en Manuel Rein como representante de los fondos Brussels y Financial -dueños del 20% de las acciones-, iniciarán negociaciones con la Junta de Andalucía, bancos y proveedores para evitar la suspensión de pagos.

Los seis consejeros que han dimitido representan a las llamadas familias granadinas, que tradicionalmente habían dominado la empresa: Francisco Osuna, Luis de Angulo, Eduardo Entrala, Miguel de Angulo, Ignacio Gálvez y Fernando de Iriondo. Provisionalmente, como la persona de más edad, ha ocupado la presidencia Jerónimo Sanz, si bien los nuevos gestores pretenden que ese puesto sea ocupado por José Aurelio Recio.El consejero del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) y ex consejero de la Junta de Andalucía ha señalado no haber tenido conversaciones con los nuevos gestores de Puleva, aunque de forma informal e indirecta se ha sugerido la posibilidad de entrar en la firma láctea. Como nuevos consejeros se incorporan Luis Escudero, Javier Vega Seoane, Enrique Garrán y Domingo Ariz.

La salida de los socios fundadores de Uniasa había sido reclamada insistentemente en los últimos meses, después de que la deuda financiera superara en 1992 los 18.000 millones de pesetas. No obstante, el grupo de Pérez-Pire logró poner en marcha un plan de saneamiento que pasaba por la venta de toda la cuota lechera y de las reses y granjas propiedad de la factoría a la Junta de Andalucía, aunque luego no se llevó a cabo.

Búsqueda de créditos

La empresa láctea intentó en las últimas semanas la obtención de créditos bancarios, que contarían con el aval del Gobierno andaluz, por valor de 7.000 millones de pesetas con destino a enjugar la deuda, informa desde Granada Alejandro V. García.

Aunque los actuales socios mayoritarios son los fondos Brussels y Fiancial (20%), Argentaria (8%), Mutuas (11%) y las Cajas Rurales (3%) se muestran partidarios de una suspensión de pagos como paso previo al reflotamiento de la empresa, la delicada circunstancia por la que atraviesan algunas firmas andaluzas han aconsejado iniciar antes un periodo de contactos para buscar una salida negociada a una crisis antes del próximo 28 de abril.

En la misma línea, los nuevos responsables rechazan toda posible instrumentalización partidista de Puleva como fracaso de una política industrial y achacan la situación simplemente a una mala gestión. Los nuevos gestores pretenden mantener la actividad de la empresa en una posición de liderazgo en leche, aunque señalan la necesidad de sacrificios por parte de todas las partes.

Frente a las previsiones de sus anteriores gestores con Rafael Pérez Pire en la presidencia, Puleva tiene un agujero de circulante no inferior a los 12.000 millones de pesetas. De esta cantidad, unos 4.000 millones son. deudas con proveedores, especialmente ganaderos, unos 2.000 millones a entidades financieras, el compromiso de hacer frente antes de junio a una emisión de bonos de 3.800 millones de pesetas y otros 3.000 millones más en bonos de otra emisión anterior. En 1993 tuvo unas pérdidas de 4.752 millones de pesetas.

Puleva es una de las primeras empresas en el sector de la leche en España con unas ventas superiores a los 31.000 millones de pesetas, lo que supone aproximadamente el 8% del mercado.

Plantilla

Las ventas de Puleva se centran en buena medida en Andalucía y Levante. Su sede central se halla en Granada donde, además de la fábrica para la elaboración de leche líquida, cuenta con una moderna planta de alimentos infantiles con tecnología punta. Además tiene instalaciones en Jerez y Salamanca para recogida de materia prima y en Montauban en Francia a través de Euroniasa. Su plantilla se eleva a 1.005 personas.

En la última campaña, Puleva industrializó unos 320 millones de litros de leche. Una de sus notas diferenciales respecto a otras industrias lácteas ha sido su diversificación con la elaboración de diferentes productos derivados entre los que destacan sobre todo los alimentos infantiles con una facturación superior a los 5.000 millones de pesetas. Igualmente destaca su esfuerzo publicitario para defender una imagen de calidad en el mercado.

Por los resultados cosechados, esta estratgia no ha dado sus frutos. En los últimos años de la década de los ochenta se lanzó a una carrera de inversiones que dispararon su endeudamiento sin lograr resultados positivos paralelos. Las ampliaciones de capital por las que aumentaron su presencia en el accionariado los fondos de inversión Brussels y Financial, así como la emisión de bonos, no han sido suficientes para tapar un problema grave financiero y de racionalización de actividades que ha terminado con la suspensión de pagos.

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