España envía 200 'cascos azules' más a Bosnia para reforzar su misión de paz
El Gobierno español anunció ayer el envío de otros 200 soldados a la antigua Yugoslavia en respuesta a la petición de las Naciones Unidas de reforzar con 10.000 cascos azules sus efectivos en Bosnia-Herzegovina. El grueso del nuevo contingente, que se desplazará a la zona a lo largo de la próxima semana, está formado por una compañía de la Brigada Mecanizada XXI, con base en Cerro Muriano (Córdoba). Un casco azul francés murió ayer de un disparo en el enclave musulmán de Bihac.
Además de la compañía, el batallón español será reforzado con dos secciones de ingenieros, una de zapadores y otra de maquinaria pesada, que trabajarán en la reconstrucción de la ciudad de Mostar, colaborando en su desescombro y facilitando el transporte.También se enviará una unidad de detección radar que localiza trayectorias de morteros y armas pesadas y que dispone de seis vehículos y 25 hombres. Su misión será verificar el cumplimiento del alto el fuego pactado por musulmanes y croatas, así como el cese de los ataques de los serbios.
Finalmente, se desplazará un equipo de expertos del Ejército del Aire, para evaluar los requisitos que, exige la reapertura del aeropuerto de Mostar. De momento, no está prevista la salida de ocho guardias civiles, expertos en policía judicial, que han sido preparados para integrarse en una compañía multinacional dependiente del jefe de las fuerzas de la ONU en Bosnia, Michael Rose.
Con estas nuevas tropas el contingente español en Bosnia asciende a 1.400 soldados. La decisión de enviar el refuerzo ha sido adoptada por el ministro de Defensa, Julián García Vargas, tras reunirse con el nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército, José Faura, quien ha visitado esta semana a los cascos azules españoles y ha podido comprobar su exceso de trabajo, ya que la distensión en la zona ha permitido reabrir la ruta del Neretva y aumentar su presencia en Mostar.
El Reino Unido, de su lado, ha anunciado que reforzará u contingente con 900 soldados y Francia, con 600. Han ofrecido tropas, entre otros países, Argentina, Ucrania y la República Checa. La posibilidad de que también manden soldados Turquía e Italia, dos países a los que hasta ahora se había vetado por su histórica implicación en los Balcanes, está siendo evaluada por la ONU. Estados Unidos, finalmente, podría aumentar sus 400 soldados en Macedonia, lo que permitiría trasladar a Bosnia parte del batallón nórdico.
Muerto un soldado francés
Por otra parte, un casco azul francés resultó muerto ayer en el enclave musulmán de Bihac, al noroeste de Bosnia, al resultar alcanzado por un tiro aislado. Esta víctima eleva a 19 el número de soldados franceses de la ONU muertos en la antigua Yugoslavia. El ministro francés de Defensa, François Léotard, manifestó ayer que no se podía precisar el origen del disparo. En Bihac combaten los defensores musulmanes del enclave contra los sitiadores serbios, y los cascos azules franceses están desplegados desde el principio de la guerra. La muerte del casco azul se produjo apenas unas horas después de que el batallón francés fuera bombardeado por la artillería serbia en la noche del jueves.
La ofensiva serbia se intensificó ayer tanto en Bihac como en Maglaj, donde 13 personas murieron el jueves al derrumbarse varios edificios alcanzados por misiles. La localidad de Maglaj se ha convertido en las últimas semanas en el punto más caliente de la guerra en Bosnia, mientras el resto de los frentes permanece tranquilo tanto en Sarajevo como en el centro y el sur del país.
La tregua entre croatas y musulmanes del pasado 25 de febrero se está respetando en todas las zonas de combate. Las conversaciones, auspiciadas por Estados Unidos en Viena, prosiguieron ayer y fuentes diplomáticas norteamericanas indicaron que la semana próxima se puede firmar el acuerdo de federación entre croatas y musulmanes. El presidente de EE UU, Bill Clinton, presidiría el acto de la firma entre sus homólogos croata y bosnio, Franjo Tudjman y Alia Izetbegovic, respectivamente.
El clima de pacificación ha permitido una mayor circulación de convoyes de ayuda humanitaria, aunque el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) lamentó ayer los obstáculos que siguen poniendo los serbios.
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