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Reportaje:EXCURSIONES: EL PUERTO DEL ARCIPRESTE

"A provar la syerra"

De cuantos caminantes han fatigado las trochas, vadeado los arroyos y trepado por las llambrias del Guadarrama, ninguno tan digno de memoria y de cariño como el Arcipreste de Hita. Vino a "provar la syerra" porque "probar todas las cosas el apóstol manda", y seis siglos después las editoriales aún no han hallado pluma que pinte con el donaire y la jocundidad de la suya estos montes, sus paisajes y su paisanaje, las vicisitudes de quien los frecuenta.El Libro del buen amor refiere un supuesto viaje del autor por el valle de Lozoya, y aunque el itinerario que siguió no parece estar muy definido, menudean en el texto las referencias a parajes como el puerto de Malagosto, Navafría o la sierra de Tablada. Seguir sus pasos durante varios fines de semana constituye un ejercicio físico, literario y sentimental. Comienza el de Hita dirigiéndose al puerto que hoy conocemos como dé Los Cotos: "El mes era de marzo, día de san Meder, / al puerto de Lozoya fui el camino a emprender. / De nieve y de granizo no me pude esconder". En otro paso, el de Malagosto, se topa con la Chata: "Plantóseme en el sendero / la sarnosa, ruin y fea./ Dijo: '¡Por mi fe, escudero!, / aquí me estaré yo queda / hasta que algo me prometas; / por mucho que tú arremetas, / no pasarás la vereda... ".

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Un paso histórico

Prometer y arremeter

Después de prometer y arremeter, desciende a Sotosalbos y se llega hasta Segovia, para emprender el regreso por Fuenfría. Pero yerra el camino y, para variar, se tropieza con una serrana marchosa que lo conduce hasta la venta del Cornejo. Conoce a Gadea en Riofrío -y van tres-, arriba a Otero de los Herreros y por fin decide cruzar el puerto de Tablada, al norte del actual de los Leones.

Precisamente este paso, ahora llamado del Arcipreste de Hita (1.510 metros) por razones de peso poético, es el plato fuerte de una excursión para la que proponemos dos variantes. Una, la histórica, arranca del área recreativa de La Panera, junto a la localidad segoviana de El Espinar y a orillas del río Moros, para pasar al ladito de las ruinas de la venta del Cornejo. Sigue luego por la cañada que procede del puerto de Pasapán y, atravesando pinares enlaza con el venerable camino para vacas que corona el puerto.

La segunda variante, más de andar por casa, parte de la estación de tren de Tablada y asciende por la carretera del Alto de los Leones hasta el kilómetro 56. Allí se toma una pista forestal que sale a mano derecha y, tras un kilómetro, se abandona para cubrir el último trecho por una empinada senda señalizada. En ambos casos se desemboca en una bucólica pradera coronada por la Peña del Arcipreste, canchal granítico que es monumento natural e intelectual, pues desde el 23 de noviembre de 1930 una inscripción labrada en la piedra evoca al "Arcipreste de Hita, cantor desta sierra". Al acto de inauguración, que conmemoraba el sexto centenario de la aparición del Libro del buen amor, asistió el mismísimo Ramón Menéndez Pidal.

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