Turista en Sevilla
En una visita reciente (febrero de este año) a la espléndida Sevilla me ha sorprendido desagradablemente cómo la mayoría de sus iglesias góticas, gótico-mudéjares o barrocas, que constituyen buena parte de su tesoro monumental, son, de hecho, inaccesibles a los turistas. Algunas de ellas abren de 8.30 a 10.00 y de 19.30 a 21.00; otras, sólo por la noche, y algunas de ellas están simplemente cerradas siempre. Me refiero a Santa Ana, San Salvador, San Juan de Dios, San Isidro, Santa Catalina, Los Terceros, San Román, Santa Inés, Santa María la Blanca, San Ildefonso, San Esteban, San Marcos, Santa Marina, Ómnium Sanctórum, San Juan de la Palma. Causa tristeza que una ciudad como Sevilla no haya asumido todavía que su patrimonio singular es de toda la humanidad.Incomprensible me resulta que el Museo de Bellas Artes, tras su magnífica restauración, tenga el horario funcionarial de 8.00 a 15.00 horas, y no disponga de una tienda abierta en la que se puedan adquirir reproducciones o postales de su pinacoteca.
Injustificable me parece que los servicios de limpieza de la ciudad hayan colocado contenedores de basura en las fachadas de edificios como la iglesia de San Juan de Dios, en la incomparable plaza de El Salvador, o la de Santa Catalina.
¿Sería demasiado para el Ayuntamiento de Sevilla tener el detalle con los turistas de que el nombre de las calles del casco histórico figure no sólo en sus extremos, sino también en las principales esquinas de acceso? No todos se limitan a ir a la catedral, los Reales Alcázares, la plaza de Santa Cruz y la Torre del Oro.- José Carlos Guerra Cabrera.
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