El alimento del dragón
El principal sustento del sindicato del crimen chino son los inmigrantes. Para nutrirse, la organización opera sobre dos zonas de reclutamiento, situadas al este de China: Zhejiang, de donde procede el 90% de los ilegales, y Fujfian, que proporciona cerca del 8%, según los cálculos policiales.El resto, que constituye una inmigración blanca dedicada al comercio, sale de Shanghai, Pekín y otros territorios en expansión económica.
Zhejiang se configura así -al igual que la localidad caribeña de Vicente Noble para los dominicanos- en el principal surtidor de ilegales.
La razón, según las fuentes políciales, estriba en el retraso económico de la región, eminentemente agrícola y con una economía de subsistencia. Este subdesarrollo, en una zona de 100.000 kilómetros cuadrados y más de 30 millones de habitantes, coexiste con amplias bolsas de delincuencia organizada. Son precisamente estas redes locales las que se erigen en el primer eslabón de la cadena mafiosa.
Desde Zhejiang, los chinos son transportados a Hong Kong. En esta populosa metrópoli oriental las mafias han desplegado, según la policía madrileña, un inmenso operativo de traslado que expande sus tentáculos por el mundo. Es la cabeza del dragón.
Allí reside presumiblemente el jefe de la organización, el hombre que reparte las consignas a los tíos y que decide el cambio de itinerarios. Desde Hong Kong se siembra el orbe de inmigrantes iegales.
Pero los servicios del gran dragón tienen un precio. El coste del billete se fija en relación al lugar de destino. En el caso de la lejana Madrid, el viaje cuesta en torno al millón de pesetas, una fortuna para los ciudadanos de un país con un producto nacional bruto per cápita 30 veces inferior al español.
Mucho dinero para quien no tiene más bien que su fuerza de trabajo. Al llegar a su destino, esos campesinos de Zhejiang iniciarán otro viaje: el de la explotación.
El impago se cobra con la muerte; el triunfo, con la extorsión. Así se alimenta el dragón.
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