Suave como la niebla
El grupo Capercaillie pasa por ser, con 11 años de andadura profesional, la banda que mejor adapta el folclor celta a las desconcertantes exigencias de la actualidad musical, rayando insistentemente en el pop sofisticado y la new-age. En su presentación en Madrid, la banda mostró ante una rendida audiencia de alrededor de 1.000 personas cómo una música, que posee un intrínseco carácter festivo, puede ser también concebida para ser escuchada en calma chicha.Violín, flauta y guitarra acústica, instrumentos señeros del sonido celta, viéronse constantemente arropados por una base rítmica un tanto estándar y algo light. Pero este trueque de intenciones musicales no hizo mella en la atención de un público que venía con casi todo el repertorio -buena parte de él en gaélico, pásmense- bien aprendido. La voz de Karen Matheson conjura a la perfección las viejas leyendas de clanes y las dulces palabras de amor, siendo capaz de actualizar melodías añejas sin que la cosa rechine.
Capercaillie
Karen Matheson (voz), Donald Shaw(acordeón y teclados), Charlie Mckerron (violín), John Saich (bajo), Manus Lunny (bouzouki y guitarra), Marc Duff (flautas, bothran y teclado) y James Mackintosh (batería y percusión). 2.800 pesetas. Sala Aqualung. Madrid, 4 de marzo.
Tal es el caso de Coisich a ruin, una canción de casi 400 años y que supone el mayor éxito comercial del grupo. No obstante, los espectros vocales de Natalie Merchante, incluso, Enya parecieron flotar un instante sobre la vocalista de Capercaillie. Cosa injusta, si tenemos en cuenta que Karen se basta solita para hacer que el combo suene a las mil maravillas. De manera suave, eso sí. Leve, como el flotar de la tradicional niebla escocesa.
Babelia
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