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Suecia, Finlandia y Austria culminan con éxito su negociación de adhesión a la Unión Europea

Lluís Bassets

Suecia, Finlandia y Austria culminaron ayer las negociaciones de adhesión a la Unión Europea, después de una noche interminable y una jornada entera de discusiones a reloj parado. Los suecos, que serán los socios más ricos de la Unión, consiguieron limitar su aportación en el primer año de la adhesión, en 1995, a 50 millones de ecus (unos 8.000 millones de pesetas). Suecia fue el primerpaís en llegar a un acuerdo, 10 horas después de que venciera el plazo final impuesto por los Doce para culminar las negociaciones. Finlandia coronó su negociación a las seis de la tarde, y Austria, pasadas las diez.

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Ambos acuerdos excluyen los problemas institucionales, la Unión Económica y Monetaria y la organización del presupuesto, que deberán resolverse la próxima semana. Austria se hallaba negociando intensamente en posición de llegar también a un acuerdo, que alcanzó pasadas las 10 de la noche. Entretanto, No ruega tiene muy pocas posibilidades de formar parte del grupo de nuevos socios.La inacabable noche del lunes al martes fue un maratón espectacular en el que hubo de todo, como en los mejores dramas. Portazos, mutis por el foro, salidas de tono, risa y llanto, come dia y tragedia, y en todo momento enredo sin límites y cambios de ritmo constantes. Al filo de las 12 de la noche, la hora decisiva de las brujas, parecía que el acuerdo iba a materializarse como por ensalmo. El secretario de Estado para Europa, Carlos Westendorp, que tiene el difícil encargo de proferir un niet cortante cada vez que se le sugiera la posibilidad de ceder en las reivindicaciones españolas, se confesó embargado por auténtico pánico escénico. Pero todo se desvanació.

De madrugada las salas del consejo parecían andenes de tren en situación de catástrofe. Un excelentísimo embajador ronca ba estirado sobre una mesa de trabajo. Atildados ministros y secretarios de Estado yacían des compuestos en butacas y sillas. Se rumoreaba incluso que la presidencia griega había abandona do el barco. El Consejo no se reunía y sólo funcionaban en cuentros bilaterales con cada uno de los cuatro para intentar acercar posiciones.

El orden de llegada era el que luego se ha comprobado como bueno. En primer lugar Suecia, que chalaneaba sin respiro para reducir su contribución al presupuesto. Detrás Finlandia, buscando sin tregua más y más compensaciones a su agricultura, después de haber obtenido prácticamente la inclusión del 100% de su territorio en las ayudas estructurales de distinto tipo. Austria se mantenía mucho más distanciada. Noruega sólo se movía para decir que no a las pretensiones de compartir sus recursos pesqueros con el resto de la Unión y principalmente con España y Portugal.

La aurora trajo los aires más trágicos. Noruega abandonó las negociaciones y parecía que todo podía terminar en una ruptura cuando sobrevino el acuerdo con Suecia. Suecia debía contribuir, en su calidad del país más rico de la nueva Unión Europea, con 750 millones de ecus (120.000 millones de pesetas) anuales al presupuesto comunitaria.

El arreglo que le han ofrecido los Doce y la Comisión, en el frenético mercadeo de las últimas 48 horas, ha dejado esta contribución en 50 millones (8.000 millones de pesetas) para 1995, que irán creciendo hasta alcanzar la contribución correspondiente por su renta en 1999.

Finlandia no será contribuyente neto al presupuesto comunitario y recibirá abundantes compensaciones agrarias. En cuanto a la negociación con Austria, a punto de fraguar ayer por la tarde, pero todavía pendiente de un hilo, el Gobierno de Viena intentó en el último momento introducir un grave inconveniente para la agricultura española que había estado ausente de toda la negociación. Se trataba de mantener un mecanismo complementario de los intercambios para vino, frutas, hortalizas y flores, considerados como productos sensibles cuya entrada masiva en Austria podría producir perturbaciones en su mercado.

España exporta estos productos por valor de 25.000 millones de pesetas anuales, que se convertirán en el doble con la apertura del mercado. Austria deseaba también mantener un mecanismo de este tipo para cereales, bovino, leche y aves de corral, que suscitaba la oposición de Francia.

Las reivindicaciones españolas en la negociación de adhesión han quedado aparcadas hasta él lunes, 7 de marzo. El acuerdo cerrado con Suecia deja fuera la reforma de las instituciones, la Unión Económica y Monetaria y la remodelación del presupuesto según las nuevas aportaciones y necesidades. Los tres temas son decisivos para España.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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