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La familia del funcionario muerto en Bolivia, convencida de que fue asesinado

La familia del funcionario de prisiones alicantino Manuel Ramón Puchol, de 32 años, muerto el pasado 8 de febrero en circunstancias no aclaradas en San Matías (Bolivia), da por sentado que su fallecimiento es una acción "alevosa y brutal" de un grupo de militares bolivianos. El cadáver de Puchol fue enterrado a mediodía de ayer en el cementerio municipal de Alicante. Al sepelio asistieron unas 300 personas.

El embajador de España en Bolivia, Fernando Martínez Westerhausen, declaró ayer que el asunto es "muy grave". El diplomático añadió que ha solicitado al Gobierno boliviano que, "con la mayor diligencia" posible, se esclarezca el caso y se sancione, en su caso, a los responsables del crimen, informa, Efe.El portavoz de la familia del fallecido, el abogado Tomás Ordóñez, afirmó ayer que la autopsia realizada en Bolivia revela que Puchol murió de "traumatismo craneoencefálico, hundimiento de costillas y rotura de pulmones". Ordóñez añadió que el precinto de la fiscalía antidroga boliviana con que llegó a España el viernes el ataúd con los restos mortales de Puchol "es un simple truco para evitar posibles responsabilidades de oficiales y soldados" de aquel país.

La familia publicó ayer en la prensa alicantina una esquela con el texto: "Alevosa y brutalmente muerto por los militares bolivianos en San Matías".

Las horas finales de Puchol siguen siendo un misterio. Varios testigos declararon inicialmente que el ciudadano español murió tras ser brutalmente apaleado por un grupo de militares. Un portavoz del Ministerio del Interior de aquel país también indicó que existían "indicios claros" de esa agresión. Pero la policía de Bolivia sostiene ahora que Puchol murió tras golpearse solo o debido a una intoxicación por drogas.

La policía boliviana considera como testigo clave del caso al británico Douglas James Morrison, residente, en San Matías y amigo de Puchol. Morrison desapareció de esa población tras declarar que el funcionario español fue brutalmente golpeado por un grupo de militares antes de morir. El ciudadano británico se puso en contacto el pasado viernes con la Embajada de España en La Paz para solicitar protección ante el temor de sufrir represalias de los militares bolivianos, informa Efe desde La Paz.

Manuel Ramón Puchol era aficionado a la etnología y aprovechaba sus vacaciones para viajar al extranjero y realizar estudios sobre la materia. A San Matías, localidad distante unos 1.800 kilómetros de La Paz y cercana a la frontera con Brasil, había llegado procedente del Mato Grosso brasileño.

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Los compañeros del funcionario fallecido en la prisión de Fontcalent mostraron ayer también su repulsa. Un portavoz de los funcionarios de esa cárcel describió a Puchol como "una persona extraordinaria, muy extrovertida, simpática y amable".

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