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Dieciocho soldados se fugan de un cuartel y denuncian que son víctimas de malos tratos

Un grupo de 18 soldados de la COE (Compañía de Operaciones Especiales) de la base General Asensio, de Palma de Mallorca, participó en la madrugada del lunes en una fuga colectiva de su cuartel para denunciar los presuntos malos tratos que sufrían. Los soldados se entregaron en la mañana de ayer en el Gobierno Militar, tras hacer declaraciones a Antena 3 Televisión. El jefe del Estado Mayor del Ejército, José Faura Martín, ha ordenado la apertura de una investigación interna, mientras que el Juzgado Militar Territorial número 52 inició diligencias sobre el caso.

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El juez togado, que ha declarado secretas las diligencias, tomó ayer declaración durante todo el día a los 18 soldados que efectuaron la inédita acción de protesta masiva. Los jóvenes se encontraban retenidos al final de la tarde. Según fuentes de Defensa, los 18 soldados serían trasladados a otro cuartel para evitar incidentes. Todos ellos llevaban siete meses en filas, por lo que les faltaban dos para licenciarse. De los 21 miembros de la sección, sólo tres no secundaron la fuga, de los que uno estaba de permiso y otro hospitalizado.David Santos, uno de los jóvenes, vecino de Huelva, explicó ante las cámaras de televisión: "Queremos terminarla [la mili], pero no en la companía [de operaciones especiales], porque estábamos sometidos a un trato físico y psicológico que no estamos dispuestos a seguir aguantando. Hemos tomado la decisión de acabar con ello, por nosotros y por los siguientes que vengan".

Jesús Martínez García, otro fugado, natural de Elche, explicó. "El [cabo] primero me preguntó por qué no había devuelto el casco con mayor prontitud. Yo le dije que porque estaba cumpliendo unas órdenes del sargento. Entonces, se lo dije con voz elevada, debido a la tensión, y empezó a pegarme puñetazos en el pecho. Le pedí por favor que parara y no paró. Ésto lo oyeron el capitán, el teniente y los demás primeros, además de mis compañeros".

Para refrendar sus explicaciones entregaron varias fotos: En una se observa cómo un soldado recibe un puñetazo en el pecho y en la segunda se amenaza a otro con la culata de un fusil. David Santos reiteró: "Hemos recibido golpes de todo tipo, patadas, puñetazos, y también mucho maltrato psicológico". Preguntado sobre la actitud de los mandos, respondió: "Los que no lo hacen, lo consienten. Y así va el tema".

Además de estos dos jóvenes, se conoce la identidad de otros dos de los soldados: Antonio Mellen, de Santander, y Gerardo Juárez, de Tarragona, según informa Efe.

Nota de Defensa

El Ministerio de Defensa difundió una nota en la que aseguraba que "las primeras investigaciones indican que los hechos demandados pueden tener origen en la dureza de unos ejercicios realizados en los últimos días por esta unidad, en los que se han practicado métodos de supervivencia y capturas. Las investigaciones en curso", se agrega, "permitirán conocer el alcance final de las denuncias y su resultado determinará las medidas que deban adoptarse".

Fuentes de Defensa calificaron la fuga de "hecho absolutamente extraordinario" e indicaron que aún es pronto para adelantar en qué sentido actuará el juez, quien deberá determinar la veracidad de las denuncias de los soldados y si su conducta constituye delito.

El jefe de la Zona Militar de Baleares, el general de División Antonio Mir, ha ordenado la apertura de un expediente para esclarecer las denuncias de malos tratos.

El teniente coronel responsable de la oficina de relaciones públicas de la Zona Militar de Baleares, José María Huertas Gutiérrez, explicó que la escapada colectiva, "presumiblemente puede comportar un delito de sedición".

Huertas añadió que los jóvenes pudieron obrar de manera sediciosa, pues actuaron mediante concierto previo, fueron más de cuatro y dejaron de cumplir con sus obligaciones militares. El Código Penal Militar castiga la sedición con de 1 a 15 años de cárcel, según la gravedad de los hechos y si se trata de promotores o meros ejecutores, salvo que se aprecien eximentes.

Los jóvenes prepararon su acción de denuncia para asegurarse que tuviera eco fuera del ámbito militar. El grupo abandonó de noche los dormitorios de la compañía, saltó los muros de la base, en las afueras de Palma de Mallorca, y se dio cita en un piso de la ciudad. A las 5.30 de la madrugada, un soldado llamó a la emisora de televisión para dar cuenta de su fuga.

En la lista de ordenanza de las ocho de la mañana se observó la ausencia del grupo. Media hora antes, varios de ellos intervenían en un programa de radio. La ausencia del cuartel duró menos de 12 hora s.

A las 10 de la mañana, seguidos por un equipo de Antena 3 Televisión, los soldados, vestidos de civil, se presentaron en el Gobierno Militar para entregarse y denunciar los malos tratos. El pasado abril, dos soldados de la misma compañía desertaron y ofrecieron una rueda de prensa en Barcelona en la que denunciaron vejaciones. La denuncia se saldó con un mes de arresto a un cabo primero y tres soldados, y con la exclusión del servicio militar, por depresión, de los dos denunciantes, pendientes todavía de juicio militar. Al frente de la compañía está, como entonces, el capitán José Navarro.

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