Intolerancia y militarismo en los viejos catecismos
Era pecado mortal leer la prensa liberal, excepto los toros y la bolsa
La fuerza de los catecismos ha sido tan eficaz en la Iglesia que fascinó incluso a Engels y Gramsci como método para adoctrinar a las masas analfabetas. De hecho existen el Catecismo comunista y el Catecismo de la doctrina socialista. Los obispos españoles no se sienten satisfechos de cómo se ha resuelto el espinoso problema de la enseñanza de la religión en los colegios. Y Monseñor Yanes, presidente de la Conferencia Episcopal, acaba de decir que con el PP en el Gobierno quizás la Iglesia podría entenderse mejor.Pero el escritor portugués José Saramago, autor de la polémica novela El Evangelio según Jesucristo, acaba de denunciar que "el sistema judicial y penal resultante de la invención del pecado con su burocrática división en pecados veniales y mortales se convirtió, en tiempos pasados, en el más eficaz instrumento de dominio de los cuerpos y de las almas".
EL PAÍS ha podido bucear en la preciosa colección de más de mil catecismos de todos los tiempos y tipos y en todas las lenguas -del chino al coreano pasando por el árabe y el indonesio- y para todas las categorías: periodistas, militares, novios, indios y hasta para socialistas, de Enrique Miret-Magdalena. Algunos, en realidad, más que proponer la fe la maltratan o desvían.
El más pequeño, de 5,5 por 7,7 centímetros, sólo de figuras, fue el primero usado para adoctrinar a los indios de América cuando aún no conocían la lengua. El infierno se representa con una hoguera ardiendo. Es el catecismo más pequeño del mundo y el primero usado para la conquista espiritual de Mexico.
El común denominador de muchos de esos catecismos españoles es sin embargo la insistencia sobre el aspecto del pecado, junto con el de un lenguaje agresivo y militarista. En el Catecismo Mazo-Ripalda de 1944 se distingue entre el pecado venial -que comete quien lee en un diario liberal la crónica de toros o el alza y baja de la Bolsa- y el mortal, de quien lee el resto del periódico
Con dicho catecismo, como en el de La buena prensa, quizás pueda entenderse mejor por qué existe tanta agresividad en el mundo de los periodistas españoles y tanto machismo en general. Baste recordar aquí que se afirma que "la fuente envenenada y abominable de los males de nuestro tiempo es la prensa pervertida". Y por prensa "pervertida" entiende el catecismo "la liberal, tolerante y neutra".
Y como escribe Miret Magdalena, el creyente más dialogante de este país, en su obra Religión e irreligión hispanas: "No se puede olvidar que estos catecismos han plasmado las conciencias de los españoles de la República, de laMonarquía, de la Guerra Civil y de la Posguerra".
Junto con el tema del pecado, o relacionado íntimamente con él, aparece siempre el del sexo tratado como la maldición de los dioses, el "gran" pecado, cuyo castigo, se afirma "tendrá lugar ya en este mundo".
En uno de los catecismos en el que se condena el liberalismo, el laicismo, el modernismo, el sindicalismo, el protestantismo y el socialismo como "pecados mortales", se insiste en que es importante que los niños conozcan la etimología de estos errores "para que se les graven bien en la memoria". Y explica cómo debería hacerse. Por ejemplo: "Protestantismo: de protesta; es una herejía enseñada por Martín Lutero, religioso díscolo, soberbio y jamás sometido, a pesar de los muchos castigos. Entró en religión asustado por un rayo y salió por su corazón corrompido".
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