El CSIC quiere poner sus 'cerebros' a disposición de los estudiantes
Madrid aglutina al 57% de los cerebros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su plantilla rebosa de doctores e investigadores demasiado alejados de los talleres y la escuela, según creen sus responsables. Ayer, la delegada del CSIC en Madrid, Teresa Mendizábal, pidió a este erudito organismo que se abra al mundo, y más concretamente a los jóvenes que estudian Formación Profesional o COU en Madrid y a los profesionales que trabajan en las empresas de Madrid. Fue en la presentación del II Plan Regional de Investigación, que prevé una inversión de 8.000 millones de pesetas.Mendizábal sugirió que el CSIC se "plantee que debe ayudar, y más en un momento de crisis económica, a que los profesionales de la Comunidad se reciclen e incorporen a las nuevas tecnologías". Este organismo también podría echar un mano para que alguno de los 60.000 adolescentes que estudian Formación Profesional en Madrid "puedan entrar a colaborar en los laboratorios de categoría y nivel".
La delegada del CSIC en Madrid recordó a los responsables de este organismo que el Consejo sólo participó el año pasado "en dos de los 800 cursos organizados por el Instituto Madrileño para la Formación", con el que tienen firmado un acuerdo de colaboración. Este instituto ha puesto en marcha un plan para formar a auxiliares técnicos de investigación que oferta 159 puestos de formación en prácticas, "de los que sólo 10 son para trabajar en el CSIC", criticó Teresa Mendizábal.
Plan Regional Científico
La directora de la oficina del Fomento a la Inversión de la Comunidad de Madrid, María Luisa Pacios, tampoco se olvidó de animar a que el saber científico baje a pie de obra. Pacios presentó en ese acto las líneas generales del Segundo Plan Regional de Investigación, que invertirá 8.000 millones de pesetas en el periodo 1994-1997. El plan se centra en la industria, medio ambiente, agroalimentación, salud y ciencias sociales.Entre los objetivos fundamentales del plan se encuentra la creación de empleo y la mejora de la competitividad de las empresas. Para ello planteó que la comunidad investigadora debe acercarse "hacia los intereses industriales". A su juicio, las investigaciones del CSIC serían de gran ayuda para los sectores madrileños de la automoción o aeroespacial.
En especial, para las empresas que fabrican componentes o tienen subcontratas con la empresa pública Construcciones Aeronáuticas, Sociedad Anónima (CASA), ya que "mejorarían su capacidad tecnológica". Pacios puso como ejemplo de esta colaboración la labor de un grupo de expertos que puso al día la tecnología de varios viveros de plantas ornamentales y de setos, "y que ya han creado 160 puestos de trabajo".
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