Para ricos y pobres

Desde que en el Renacimiento los artistas reclamaron un estatus diferente del que tenían los artesanos gremiales, la obra de arte aparece como un producto de elevado costo que proporciona una imagen de calidad a quien la posee. Las noticias sobre inmensas sumas de dinero desembolsado en las subastas internacionales por cuadros de Jasper Johns o de Van Gogh, por poner dos casos, han hecho. que tanto los precios como los rumores se disparen. Pero la sequía económica se deja sentir ahora en ferias como Arco 94, por lo que acuden los galeristas con los precios muy ajustados.Con todo, quien quiera gastarse grandes sumas lo puede hacer comprando obras que alcanzan los 500 millones de pesetas, aunque no es fácil saber el precio final en el que se venderán las obras más caras. Si bien por cantidades entre medio y un millón de pesetas uno puede adquirir piezas de calidad.

En el otro extremo podemos encontrar en la galería Estampa por 60.000 pesetas pequeñas acuarelas de Monir, y por sólo 20.000 unas acuarelas sobre fotograbados de Fernando Álamo. Aunque, tal vez, las obras más baratas sean unos sarcásticos múltiples con una tirada de 200 ejemplares, titulados Homenaje a Calder y Santificamos los arcos, del colectivo Fundación Joan Tabique, a 10.000 pesetas.