Un siglo español

El arte español ocupa, por naturaleza, el sector más extenso de Arco 94, en un abanico que se extiende desde los grandes protagonistas de la vanguardia histórica hasta los nombres que van emergiendo en las generaciones últimas. Dentro de las grandes figuras del siglo, la edición que hoy abre sus puertas al público nos depara alguna sorpresa memorable. Así, el excelente Picasso de 1928 presentado por la Pace Wildenstein. En su primera comparecencia en Arco, la prestigiosa galería americana incluye también en su oferta dos Miró notables -una pintura del 53 y un bronce de los setenta- así como un impactante conjunto de Tápies recientes. De Picasso, pueden encontrarse también dibujos en las galerías Waddington y Sur, así como grabados en Bat y Kaj Forsblom. De Miró hay también en este último espacio dos pinturas, y dibujos en Sur y Waddington.La Malborough ofrece tres esculturas de Pablo Gargallo entre las que se encuentran una pieza en cobre, Mujer peinándose, y un bronce de las Aguadoras; junto a ellas, otros trabajos importantes de Gordillo, Leiro, Genovés, Lucio Muñoz y un dibujo de Antonio López. Obra de excepción es la gran nuez de terracota de Tápies en la Waddington.

El stand de Guillermo de Osma nos brinda una excelente panorámica de nuestra vanguardia histórica, con tres telas clave de Maruja Mallo -su Arquitectura humana y dos naturalezas vivas- y obras de, entre otros, Togores, Bores, Cossío, Olivares y Palencia. El stand de Jorge Mara, que reúne piezas señaladas de Millares, Guerrero, Feito, y, en especial, un Chillida, dedica la mayor parte de su espacio a un impresionante ciclo de papeles recientes de Gustavo Torner.

Algunos de los stands más rotundos son también los de Soledad Lorenzo por los Palazuelo, Uslé y Victoria Civera), Gamarra y Garrigues (con una soberbia escultura de Miquel Navarro, retratos de Arroyo y obras contundentes de Alfaro, Calvo, Lamazares, Villalba y Savater), Luis Adelantado (por sus García Sevilla, Susana Solano y Eva Lootz), Carles Taché (con Plensa, Saura y Campano), Oliva Arauna (con Pepe Herrera, Solano, Sinaga, y Rosa Brun) y Salvador Riera (por sus Grau, Pradas, García Sevilla y los pequeños Barceló). También deben ser visitados los conjuntos presentados por Egam, Magda Bellotti, Elba Benítez y Juana de Aizpuru.

Entre las visitas obligadas se encuentran asimismo los stands monográficos en la obra de artistas como Juan Muñoz (Konrad Fisher), con un deslumbrante conjunto, el inolvidable Ruiz Balerdi (Altxerri), Guinovart (Antonio Machón), la génesis constructiva de Cruz Novillo (Aele) o las imágenes recientes de Ceesepe (Sen).

También es una cita a destacar la muestra Los universos lúcidos -un proyecto conjunto de galerías barcelonesas comisariado por Manel Clot- donde resaltan los trabajos de Jordi Canudas, Antoni Abad, Guillén Balmes, Begoña Montalbán y la impactante pieza fotográfica de Palacín y Viaplana.

Haciendo por último memoria de otros trabajos singulares, citaré los de Juan Ugalde y los abstractos de Molero, ambos en Buades, los Mariscal y Xano Armenter en Trama, los Misuo Miura de Juana Mordó y Ginkgo, dos grandes piezas de Maldonado (Bretón y Juana Mordó), el Susana Solano de Giorgio Persano, los Carlos Pazos de Joan Prats, los Espaliú, Guzmán y Cristina Iglesias de La Máquina Española, otro impactante Iglesias en Luis Serpa, los Plensa de Rita García, los Campano y Sigler de Tomás March, el triple autorretrato de Curro González y las esculturas de Goyenetxea y Peral en Fúcares, los Cabot de Leyendeker, las obras del Equipo Límite en My Name is Lolita'Art, los Bofarull, Gadea y Ouka Lele de Masha Prieto, los Joven, Gon y Gómez Redondo de Emilio Navarro, los Reguera de Bárcena, los Arturo Guerrero de Pelaires, los Cerdá y Sotomayor de Fernando Latorre, los cuadros históricos del grupo Trama en Miguel Marcos la obra de Lido Rico en Espacio Mínimo y las deliciosas ediciones de la Fundación Joan Tabique en Estampa.