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GUERRA EN LOS BALCANES

Owen asegura que los serbios están dispuestos a discutir la desmilitarización de la capital bosnia

El futuro de Sarajevo centrará, una vez más, la cita que croatas, musulmanes y serbios de Bosnia-Herzegovina tienen concertada el jueves en Ginebra. Tras la matanza del sábado en un mercado de Sarajevo, que causó 68 muertos y casi 200 heridos, el líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, dice ahora estar dispuesto a "negociar el paso a una administración de la ONU y la desmilitarización de Sarajevo antes de que se alcance un acuerdo global de paz" para la antigua república yugoslava, según anunció ayer el mediador comunitario David Owen.

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En un comunicado hecho público ayer, Karadzic señala que "dadas las circunstancias, en las que todavía no es posible un acuerdo de paz global", acudirá a la ciudad suiza para discutir los detalles de la "creación de una comisión político-militar conjunta que se reúna bajo los auspicios de los mediadores internacionales (el comunitario David Owen y el enviado de la ONU, Thorvald Stoltenberg) en el aeropuerto de Sarajevo".El futuro de la capital de Bosnia, sometida a un implacable cerco por las milicias serbias desde abril de 1992, ha envenenado los últimos encuentros entre los líderes serbio y musulmán, Radovan Karadzic y Alia lzetbegovic, a pesar de que en el acuerdo de paz del Invincible (por el nombre del portaaviones donde se ultimó el pasado mes de septiembre el plan Owen-Stoltenberg, en aguas del Adriático, y que fue rechazado por el Parlamento bosnio), las partes acordaron el futuro estatuto de Sarajevo, que había de pasar a ser administrada por la ONU durante dos años.

Owen, que en la madrugada del domingo se entrevistó con Karadzic en Zvornik, declaró ayer en Belgrado que este acuerdo sería "independiente de un plan de paz global" para la república de Bosnia-Herzegovina.

Línea directa

El establecimiento de una línea directa entre las partes enfrentadas es una de las medidas de confianza previstas en esta nueva ronda de negociaciones a la que no asistirán los presidentes de Serbia, Croacia y Bosnia-Herzegovina, que acudieron a anteriores negociaciones. El esencialmente musulmán Parlamento bosnio se reunió ayer a puerta cerrada para discutir un informe del presidente Alia Izetbegovic sobre esta cita, a la que acudirá en nombre de Bosnia el primer ministro, Haris Silajdzic.

Los analistas estiman que estas negociaciones serán difíciles y fundamentan su vaticinio en el fracaso del intento de lograr un alto el fuego entre serbios y musulmanes en Sarajevo cosechado el domingo por el emisario de la ONU, Yasushi Akashi. "La diferencia principal entre ambas partes reside en que la parte bosnia quiere que las piezas artilleras, los morteros y otras armas pesadas sean colocadas donde no puedan alcanzar Sarajevo y bajo control de Unprofor (Fuerzas de Protección de la ONU), lo que no es de recibo para la parte serbia", dijo Akashi.

En la capital bosnia, mientras, ayer se procedió al entierro de la mayoría de los muertos el domingo. Los musulmanes no fueron sepultados hasta bien entrada la tarde, para aprovecharse de una oscuridad que hiciera imposible los disparos de los francotiradores. Es tan grande el temor a ellos que alguno de los cadáveres fue inhumado por la mañana sin la presencia de familiares. "Comprendo que haya gente que no quiera venir", decía un hombre que asistía al entierro de Marija, una amiga. "Marija también creía que había que intentar vivir con la máxima normalidad posible y no como ratas, que es como quisieran los de las colinas que viviéramos". Quienes han logrado escapar del cerco mortal de Sarajevo son los heridos evacuados el domingo por aviones norteamericanos a hospitales en Alemania y quienes también han llegado a tierras italianas. De esa evacuación también se beneficiaron heridos en incidentes anteriores a la matanza del sábado.

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