_
_
_
_

El actor Joseph Cotten muere a los 88 años

Su trabajo estuvo vinculado a Orson WeIles desde 'Ciudadano Kane'

El actor norteamericano Josep Cotten falleció ayer en Los Ángeles, a los 88 años, a consecuencia de una neumonía, según anunció su representante, Dick Gutman. Una de sus últimas apariciones en público fue para celebrar en Hollywood el 50º aniversario de la película Ciudadano Kane, de Orson Welles, con el que realizó sus películas más conocidas, aunque desarrolló su personalidad con otros cineastas, como Hitchcock y King Vidor.

Los comienzos de Joseph Cotten surgieron en el campo de la publicidad y en el teatro, con la fundación por Orson WeIles del Mercury Theatre a finales de los años treinta, una de las primeras tentativas del Off Broadway. Cuando WeIles se llevó sus actores a Holywood, Cotten formó parte de un equipo sólido que revolucionó la práctica del cine con Ciudadano Kane, en 1941. Más tarde tuvo un personaje más activo y tolerante en la película El cuarto mandamiento, de 1942. También llegó a colaborar en el inacabado Estambul, de 1943.La carrera de Cotten se desarrolló en esta primera etapa bajo la sombra del maestro WeIles y únicamente cuando el cineasta abandonó Hollywood pudo demostrar que era un intérprete de talla excepcional, con algunas interpretaciones dominadas por una combinación de sobriedad y violencia contenida.

El actor pudo demostrar una soltura y fuerza dramática en la sombra de una duda, de Hitchcock, de 1943, y Duelo al sol, de King Vidor, de 1946, en las que pasaba de una imagen de criminal a un personaje de bueno casi tópico pero que deja entrever una inquietante personalidad.

Vuelve a encontrarse con su maestro y amigo, su alter ego, Oson WeIles, en el reparto de una singular película, El tercer hombre, de Carol Reed, de 1949, en la que Cotten volvió a demostrar sus peculiaridades como intérprete en el personaje de un novelista ingenuo en busca de un asesino.

Erótica Marilyn

A partir de El tercer hombre y desvinculado definitivamente de Welles, la estrella parecía acabada pero el director Henry Hathaway le elegió para ser el tercero en discordia de un triángulo erótico formado por Jean Peters y una aprendiz de actriz con una potencia erótica desconocida hasta entonces llamada Marilyn Monroe. Era la película Niágara, de 1953, a la que siguen Barreras de orgullo y El último atardecer. Abandonó momentáneamente el cine para volver al teatro, con objeto de interpretar Sabrina, de Samuel Taylor, en Broadway, a la que siguieron las obras Once More With Féeling y Calculated Risk.En los años sesenta interviene en películas más comerciales en papeles de reparto, como Cuando el destino nos alcance, Alerta misiles, Aeropuerto 77 y Guayanna, el crimen del siglo.

Después dedicó su esfuerzo a controlar su productora de televisión Fordyce Production, con la que desarrolla una amplia actividad y acepta intervenir en algunos espacios dramáticos o en colaboraciones esporádicas, como La puerta del cielo, de Cimino, de 1980. Su carrera se corta bruscamente en 1981 a raíz de un ataque de apoplejía complicado con una crisis cerebral, que le impidió hablar durante varios años. Tras un largo proceso de rehabilitación consiguió recuperarse en 1985. Estuvo casado durante 20 años con Leonore Kip, hasta su fallecimiento en 1959, y un año después se casó con la actriz Patricia Medina, con la que vivía actualmente. El actor solía decir que no tenía ambición y que podía haber sido un jardinero o un carpintero si no se hubiera encontrado con Orson Welles.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_