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Salinas viaja a Chiapas por primera vez desde la rebelión zapatista

El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, hizo ayer un viaje relámpago al Estado sureño de Chiapas con el fin de esclarecer sobre el terreno que la decisión de su Gobierno de restaurar el equilibrio social en la zona para erradicar el hambre y la miseria es un compromiso en firme. Ésta es la primera visita que realiza el mandatario mexicano a Chiapas desde el levantamiento armado zapatista del 1 de enero, hoy detenido por las distintas iniciativas que se están produciendo a favor de la paz.

"Queremos la paz pero no para volver como antes, sino para entrar en una nueva etapa en la que predomine la vida en justicia, en democracia y en respeto a los derechos humanos",- dijo el presidente mexicano en Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, ante una importante representación de los grupos indígenas de la zona, que fueron en definitiva los que le invitaron a viajar al Estado en una carta que le enviaron el día anterior.El presidente Salinas justificó la intervención del Ejército en la zona con un único fin, dar seguridad a la población, y advirtió que, gracias a la actuación militar, el conflicto no se propagó a otras zonas del Estado. No obstante, subrayó que lo que prima ahora es el esfuerzo que se está haciendo para buscar la paz y lograr responder con justicia y equidad a las trágicas demandas de esta región.

La visita presidencial a Chiapas duró sólo cuatro horas y no se extralimitó del área de Tuxtla Gutiérrez. A su regreso a Ciudad- de México, Salinas tuvo palabras de elogio hacia el comisionado para la Reconciliación y la Paz, Manuel Camacho, a quien agradeció las gestiones que está realizando en favor de la paz y del que destacó su lealtad a las instituciones, al presidente de la República. y a México en general.".

Horas antes de esta visita, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) había instado al Gobierno mexicano a sentarse en una mesa y negociar la paz sobre demandas económicas, sociales y políticas que beneficien a la maltratada población indígena de Chiapas. La guerrilla, que incluyó también entre sus condiciones el cese de las hostilidades por ambos lados, reveló que está dispuesta a poner en libertad al ex gobernador Absalón Castellanos, secuestrado el 1 de enero último, pero a cambio de la excarcelación de los prisioneros zapatistas.

En comunicados remitidos a varios periódicos, los zapatistas reconocieron que en estos momentos hay un clima de distensión. No sólo están dispuestos a negociar sobre demandas sociales, económicas y políticas, sino que reconocen que desde el 17 de enero no se han producido violaciones del cese el fuego y advierten que de ningún modo el EZLN tiene como propósito impedir u obstaculizar el proceso electoral que culminará el 21 de agosto con un nuevo presidente para México.

El EZLN, que sin embargo estima que es el Ejército el culpable de que hasta ahora no se haya producido un primer encuentro con el comisionado Camacho, informó que un tribunal revolucionario había condenado a "cadena perpetua" al ex gobernador Castellanos, que es también general del Ejército, por sus abusos en la época que dirigió la política del Estado. La pena que se le impuso fue la de pagar su culpa "haciendo trabajos manuales en una comunidad indígena en Chiapas y ganarse de esta forma el pan y medios necesarios para su subsistencia".

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La bondad de los humillados

No obstante, siempre según el EZLN, se decidió posteriormente, como un mensaje al pueblo de México y al mundo, poner en libertad a Castellanos, pero con "la pena y la vergüenza hasta el último de sus días de haber recibido, el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, robó y asesinó". Castellanos será devuelto simultáneamente a la excarcelación de los prisioneros zapatistas.La declaración zapatista coincide con el anuncio por parte de Amnistía Internacional (AI) del resultado de una investigación realizada en la región chiapaneca. "Nos preocupa que la impunidad de facto ya existente se convierta en una impunidad de ¡ure", informó el forense de AI Morris TidballBinz.

Dijo también, en relación a violaciones del Ejército, que se han recopilado más de 100 denuncias por tortura y malos tratos; nueve casos de ejecuciones sumarias o tiros en la nuca; 15 muertes arbitrarias, entre ellas la de una niña de 10 años; ocho presuntas desapariciones; un centenar de arrestos arbitrar los, y amenazas de muerte a periodistas y a miembros de organizaciones humanitarias.

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